Vestido de negro y sentado en una de las butacas del cine universitario Tita Merello, Rómulo Berruti cuenta sobre su experiencia al frente del Ciclo que todos los jueves proyecta películas en forma gratuita y abierta a la comunidad.
“Cuando se concreta la creación de esta sala, la rectora (Ana María Jaramillo) me pide que arme un ciclo para todo público. La sala está cerca de la entrada para que los que concurren no tengan que recorrer toda la Universidad”
Su experiencia como periodista de espectáculos se traslada a los criterios de selección de las películas: “Se trata de mantener la calidad. Se muestra, fundamentalmente, cine argentino nuevo, de no más de dos años, para tratar de dar novedades y para que se conozcan a los nuevos realizadores, y europeo que, en general, tiene una exigencia mayor en cuanto a la temática. De vez en cuando, elijo alguna producción norteamericana, que sea valiosa, interesante. Ninguna película está prohibida”.
Acerca de la reacción de la comunidad, el ex conductor del programa televisivo Función Privada afirma que “la gente se interesa mucho y le gusta la programación. Las personas prefieren las comedias, pero la realidad es que hay más películas dramáticas, de acción o policiales. Hay que ir equilibrando”.
Al ser interrogado sobre el rol del cine, Berruti reflexiona: “El cine siempre está contando algo relacionado con su tiempo, es reflejo del mundo en el que vivimos. Los jóvenes buscan un modelo expresivo distinto, un camino diferente. Hay algunas películas muy interesantes y otras que son ensayos de los directores nuevos, que les falta conocer el concepto de público, es decir, que las películas les interese a todo público. El problema de los directores más jóvenes es que hacen un cine pensado para ellos y sus amigos y se olvidan de que tiene que haber un gancho, hay que contar una historia que envuelva al espectador, porque sino no participa de lo que está viendo. Pero igual no hay que generalizar” afirmó.