El espacio OIKOS es una organización civil que busca defender al medio ambiente. Su titular, Vicente Piccirillo, habló con APLanús sobre la situación del arbolado público en el municipio.
“Buscamos una política municipal sobre arbolado, porque no vemos que haya una voluntad de revalorizarlo”, opinó Piccirillo.
Según datos aportados por la organización, Lanús es uno de los municipios con menor espacio verde por habitante de Argentina. Es el segundo distrito con mayor densidad de población del país y el tercero en Latinoamérica. Según recomendaciones de organismos internacionales, cada persona debería tener 10 metros cuadrados de espacio verde para uso recreativo. Si lo trasladamos a nivel local, Lanús debería contar con 500 hectáreas o manzanas de espacios verdes y sólo posee un 0,4 por ciento de ese valor.
“El arbolado público cumple muchas funciones, desde embellecer el paisaje, que es la más elemental, hasta mejorar la salud, la piel, amortigua los ruidos y permitiría en cierta forma el descenso de las napas, debido a que los árboles consumen y evaporan el agua, que se acumula al estar todo urbanizado. En resumen, mejora la calidad de vida Creemos que se necesita un cambio cultural y educacional, recuperando las especies autóctonas y su historia. Además, el Municipio debe acompañar con una política de recuperación y respeto por los árboles, así como recuperar ciertos espacios y evitar las construcciones en esos lugares”, explicó.
El espacio OIKOS, junto a la agrupación Voluntarios de árboles nativos, presentó un proyecto de ordenanza sobre arbolado público, que no fue aceptado: “Lo enviamos al Concejo Deliberante con copia al subsecretario de Gestión Ambiental, Ricardo Jilek. Nuestra propuesta hace hincapié en la difusión de especies nativas, que, en el caso de Lanús, serían las correspondientes a la ecorregión del pastizal pampeano, del espinal y de las selvas en galería, típicas de las costas del Río de Plata. Se podrían destacar el espinillo, el ceibo, el laurel, el ombú, el algarrobo y el quebrachillo, entre otros. Jilek argumentó que no se pueden plantar especies del espinal, porque tienen pinches y pueden lastimar a la población, y que la difusión de autóctonas no era necesaria, debido a que la zona está totalmente modificada. Asimismo, opta por la plantación de exóticas, que son aquellas especies que no corresponden a esta ecorregión. Nosotros no nos oponemos a esto, porque no es excluyente, pero no logramos ponernos de acuerdo”.
Piccirillo habló también sobre la contaminación biológica existente en el municipio y que es causada por algunas variedades consideradas “plagas”, como el paraíso, el ligustro y la mora, que son muy competitivas y resistentes, y destruyen y colonizan al bosque nativo, eliminando la diversidad.
Al ser interrogado sobre acciones concretas que se deben tomar en pos de mejorar la situación actual, respondió: “Queremos un plan regulador del arbolado público, que comience con un censo, que determine la cantidad de especies, la diversidad, la antigüedad. Después una planificación de plantación y la designación de un responsable y especialista a nivel municipal. También, que los vecinos cultiven una nativa en su casa, respeten los árboles y pidan autorización al Municipio en caso de necesitar podar”.