“Una posible solución es sustituir el material de estas bolsas por otros totalmente biodegradables. Los bioplásticos son una alternativa ecológica a los plásticos convencionales con múltiples ventajas para las personas y el medio ambiente. Envases biodegradables para los alimentos del supermercado, CDs ecológicos, juguetes naturales o incluso tornillos para cirugía de huesos, son algunas de las aplicaciones actuales. Un bioplástico es un plástico de origen natural producido por un organismo vivo y con carácter biodegradable, sintetizado a partir de fuentes de energía renovables, por lo que apenas produce contaminación. Son fabricados a partir de recursos renovables de origen natural, como el almidón o la celulosa. La ISO (International Standard Organization) los define como aquellos plásticos que se degradan por la acción de microorganismos (bacterias, hongos y algas)”.
Ante la misma situación los países tomaron diversas medidas. Según lo expresado en el escrito “en España, el Ministerio de Medio Ambiente pretende para 2015 que el 70por ciento de las bolsas sean oxibiodegradables, mientras que en Francia, una Ley de 2005 sobre Política Agraria dispone que en 2010 todas las bolsas de plástico debieran ser biodegradables. Asimismo, las campañas de sensibilización en este país han conseguido que se reduzca en un 20 por ciento la utilización de las bolsas convencionales. Por su parte, Italia ha aprobado una ley que prohíbe las bolsas de plástico no biodegradables a partir de 2010, aunque la Comisión Europea ha argumentado que esta prohibición contraviene la Directiva sobre Envases y Residuos de Envases”.
“En algunos países se están implementando medidas drásticas para frenar su uso. Por ejemplo, en Suecia o Alemania el cobro de las bolsas está generalizado, si bien los consumidores están más concienciados y suelen reutilizarlas o emplean bolsas de tela. En Irlanda ha implantado el «plustax», que obliga al pago de 15 céntimos de euro por cada bolsa que utilicen los consumidores, de esta forma, ha reducido el consumo en un 90por ciento”.
En la Argentina ya hay ciudades comprometidas con el medio ambiente que prohibieron las bolsas de plástico, como Villa Mercedes en San Luis, San Pedro en la provincia de Buenos Aires, Catamarca, San Miguel de Tucumán, El Bolsón en Río Negro, Río Grande en Tierra del Fuego, Neuquén y muchas otras.
El informe establece que “la provincia de Buenos Aires ya cuenta con una normativa, que es la ley 13.868, que prohíbe el uso de las bolsas plásticas en supermercados, autoservicios, almacenes y comercios en general”.
“En definitiva, los consumidores somos el eslabón clave en este proceso, por lo que resulta fundamental adoptar costumbres como reducir en lo posible su uso, reutilizar las bolsas llevándolas plegadas para compras inesperadas, y mejor si son de tela o papel. En Lanús ya tenemos un proyecto de ordenanza”, concluye Chitrángulo.