Uno de los mayores problemas es la falta de planificación de la ciudad. Lanús no tiene un código de zonificación ordenado, que determine donde se pueden instalar industrias, donde los comercios, las residencias de alta o baja densidad. No hay una red de transporte de carga y, entonces, los camiones van por cualquier lado. Tenemos una ciudad donde las industrias y las viviendas conviven así porque sí, sin ninguna lógica, y entonces tenemos una industria, como La Salteña, que tuvo un problema y generó un impacto muy grande.
Hay dos cosas que son claves para encauzar esta situación: mucho trabajo de relevamiento, de campo, de escritorio, de investigación y una voluntad de sentarse a dialogar con todos los actores sociales que hay en la ciudad, las cámaras, los colegios profesionales, las organizaciones intermedias y así poder, entre todos, acordar cuál es el destino que queremos para Lanús y cómo queremos que crezca. Esto requiere de consenso y mucho trabajo.
La expectativa es que a fin de año se terminen. Esto mejorará la fluidez del tránsito. También se prevé el ensanchamiento de la calle 29 de Septiembre entre Esquiú y Ferré y la construcción de un corredor nuevo, que sería la continuación de 29 de Septiembre desde Ferré hasta Oncativo, quedando cuatro carriles. Estamos preparando un proyecto que es que 29 de Septiembre cruce por encima del paso bajo nivel “Juan Manuel de Rosas”, más conocido como el de Castro Barros, lo que permitirá descomprimir el tránsito de la avenida Hipólito Yrigoyen.
Completar la red de cloacas; un puente sobre el Riachuelo sería una obra muy necesaria y la urbanización de villas y asentamientos, que es una deuda histórica.