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«El éxito es consecuencia del trabajo”

El presidente de Lanús, Alejandro Marón, manifestó hoy que el éxito de la entidad «Granate” está en el trabajo y remarcó que los jugadores de inferiores que llegan a primera división son fruto de una decisión que se tomó hace seis años.
«El éxito es consecuencia del trabajo. En el único lugar donde éxito está antes que trabajo es en el diccionario», señaló Marón, de 40 años, en una entrevista con la agencia nacional de noticias Télam.
Marón se hizo cargo de la entidad del sur del Gran Buenos Aires con 35 años, convirtiéndose en el presidente más joven de la historia en asumir en el fútbol argentino.
«Soy fruto de la camada de dirigentes que sacó a Lanús del pozo», aseguró.
Cuando asumió al frente de Lanús no estaban tan bien y hoy toma como un logro que el club tenga «casi 30 mil socios».
«Además de los descensos estaba latente el problema del endeudamiento, la `fuga` de socios y el desánimo. Uno de los artífices fue Carlos González -abogado, suegro de Marón-, quien junto a (Héctor) Solito y los hermanos (Néstor y Darío) Díaz Pérez iniciaron la tarea de reconstruir», recordó.
Lanús desde hace cuatro años no baja del cuarto lugar en los distintos torneos cortos, con participación permanente en Copa Libertadores y Sudamericana.
Algo casi sin precedentes en la historia del club del Sur. El ciclo que inició Ramón Cabrero a fines de 2005 lo continúa hoy Luis Zubeldía.
«Cuando asumimos en diciembre de 2003 hicimos una fuerte apuesta a las inferiores y al crecimiento institucional. El fútbol siempre ha sido prioridad en el pueblo de Lanús, ciudad con 600 mil habitantes, la más densamente poblada del país y una historia gloriosa por grandes equipos del pasado», enfatizó.
«Por ese tiempo nos deleitábamos con la sexta campeona. Ya se veía que Diego Valeri, Matías Fritzler, Sebastián Leto, Lautaro Acosta, Sebastián Blanco, Diego Lagos y Santiago Biglieri tenían destino de Primera. Fue una especie de plataforma de gestión», cuenta con orgullo.
Marón concedió la entrevista a Télam en su estudio jurídico situado en el corazón de Lanús, cerca de la estación ferroviaria. El lugar tiene una particularidad. Comparte la tarea profesional con Carlos González y Emilio Chebel. Ambos abogados, ex presidentes del club en los 80 y 90. El segundo es primo de Alejandro Marón.
«¿Si parece una sociedad familiar? No, sólo amor al club. Siempre estuvimos en contra de las sociedades anónimas y nos opusimos a gerenciamientos. Lanús desde hace tres años dicta cursos para dirigentes y actualmente concurren unos 200 asistentes”, explicó.
«La inversión en las inferiores es una de las claves de este momento, donde Lanús juega bien, obtiene buenos resultados, lleva a la cancha remodelada, dos veces en este ciclo, a grandes y chicos. Cabrero y Zubeldía son una parte del secreto. También tuvimos a Miguel Micó, quien que hizo un buen trabajo», puntualizó.
Marón ocupa un lugar en el Comité Ejecutivo de la AFA y expresa a la nueva dirigencia del fútbol argentino. Apoyó el nuevo escenario a partir de la ruptura del contrato de la entidad con la empresa «TSC», que tenía los derechos de televisación del fútbol.
«El reclamo permanente de los clubes fue causando un desgaste. El espectáculo es consecuencia de sus protagonistas y éstos emergen de los clubes, que muchas veces en silencio construyen una acción social y deportiva, que necesita el tributo de quienes lo explotan o se benefician. Lo que pasó iba a ocurrir», sentenció.
«Nuestros objetivos están puestos en un proyecto educativo. La compra del predio de Bet Am -histórico club de la comunidad israelita-, unos 6.000 metros cuadrados, dos gimnasios y una escuela. Todo a una cuadra de la sede, nos permite dar curso a otra de las ideas que llamamos estratégicas desde que llegamos a la conducción» señaló.
«La inversión superó los 2 millones de dólares, casi sin utilizar el dinero por la transferencia de Lautaro Acosta al Sevilla -a Lanús ingresaron unos 11 millones de dólares- al tiempo que estamos con las obras de remodelación en el estadio, la segunda, con sala de conferencias, vestuario y un VIP para la prensa», agregó.
Lanús tuvo dos o tres grandes equipos. Trascendió por los legendarios «globetroters» del ´56 (inolvidable equipo de Guidi, Nazionale, Lugo, Cejas, entre otros que fueron a la selección nacional) y más tarde los inigualables «albañiles» Manuel Silva y el paraguayo Bernardo Acosta. Nunca había alcanzado fama por su dirigencia.
«Lo nuestro en el club es como el equipo en la cancha. Se trata de funcionar como eso, como equipo. No creérsela, no caer en los personalismos y cumplir con responsabilidad la función que cada uno tiene. Es muy vieja aquella expresión que dice `los hombres pasan, las instituciones quedan`. En eso estamos nosotros», concluyó.

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