El crecimiento demográfico y edilicio del centro del distrito es notorio. Después de la crisis del 2001 y con la recuperación económica general desde 2003, la zona creció en altura y en densidad. El fenómeno, relacionado con la cercanía de Lanús a la Ciudad de Buenos Aires, despertó el interés de empresarios que con emprendimientos de alta inversión fueron generando un polo gastronómico.
La nota de Juan Manuel Raimundo que publicara el diario La Nación hace un par de jornadas describe el fenómeno y describe la arista económica del boom gastronómico. Diego Brancaccio, uno de los socios que administra el local “Lo de Carlitos” detalla: «Hicimos una importante inversión para montar el local de 300 m2 en dos plantas (el alquiler es de $ 6000) pensando a futuro porque el barrio crece lentamente; ahora hay más circulación de público, por eso se instalaron distintos locales comerciales».
Por su parte, Mariano Mármol, dueño del bar temático “Punto Limite” comenta que la inversión para reacondicionar el local de Iberlucea rondó los “300.000 pesos para acondicionar el salón de 160 m2 cubiertos y un parque de 100 m2, por lo que abonamos 8000 pesos de alquiler».
Como relata el artículo de Raimundo, días atrás se inauguró Las Violetas del Sur, de la tradicional confitería y restaurante de Almagro, con una inversión millonaria para levantar un local en dos plantas en Juan Piñeiro y Del Valle Iberlucea. “Sobre esta última calle, al 2600, se construyen dos importantes salones. Según los vecinos, se instalarán El Cañón, de la conocida parrilla de Avellaneda, y una casa de comidas mexicanas”.
Emilio Lamarca, de la pizzería-restaurante El Triunfo comenta que «después de alquilar durante 11 años, con mi hermano Ernesto pusimos 90.000 dólares para comprar antes que los alquileres se fueran muy arriba». Un verdadero acierto, teniendo en cuenta el fenómeno que describe el rematador Daniel Antúnez Vega: «Los valores van creciendo según el desarrollo, hoy los alquileres varían de 3000 a 10.000 pesos para locales de entre 50 y 100 m2, y para la compra de lotes de 10 por 50 metros, con propiedades antiguas, oscilan entre 200.000 y 300.000 pesos. Es necesario el equilibrio porque hay propietarios que sobrevalúan lo que ofrecen»
Fabián Avila, constructor de los salones de La Quintana y de Las Violetas, opina: «Para los que vivimos por aquí es favorable el cambio que se logró con el impulso privado; falta el apoyo municipal para contar con mejores luminarias y veredas y mayor seguridad, así el público que viene de Capital y otras localidades del Sur se va aún más encantado del lugar».
«Igual que en Las Lomitas, no había nada cuando nos instalamos aquí -asegura Daniel Calzón, uno de los socios de La Quintana-. Cuando visitamos la zona para invertir en un nuevo proyecto en 2007 supimos que entre lo que se edificaba y lo que estaba en proyecto habría 30 edificios con nuevos habitantes, que necesitarían servicios. Por eso, adquirimos dos propiedades de la esquina de Llavallol y Del Valle Iberlucea, con una inversión que rondó el millón de dólares, incluida la construcción del salón principal y del VIP, en el primer piso, sobre una superficie de 550 metros cuadrados.»