Esta tarea se realiza en forma paralela a la ampliación de las redes cloacales que está llevando a cabo la empresa AySA conforme al convenio firmado el año pasado entre el Gobierno nacional, el Municipio y la empresa estatal. En la actualidad, hay un total de trescientas bombas en funcionamiento en toda la comuna mientras que, al inicio de la actual gestión municipal las mismas no superaban las cien.
En relación al sector que bordea la Ribera del Riachuelo, si bien en los registros municipales figuraban un total de doce bombas en funcionamiento, en realidad, sólo había cinco. Además, por tratarse de un territorio netamente arenoso muchas de las perforaciones antiguas se desmoronaron a causa de la erosión del suelo, hecho que provocó que una gran cantidad de ellas queden inutilizables.
Para empezar a efectuar dicho trabajo, que está a cargo de una empresa privada, primero se realizaron pruebas pilotos en ambos lados del distrito con el propósito de determinar la profundidad exacta en la que deben ser colocadas las unidades para lograr su óptimo funcionamiento.
Por su parte, el intendente, Darío Díaz Pérez, realizó las gestiones pertinentes ante el Gobierno nacional con el fin de obtener financiamiento para la compra de otras doscientas bombas depresoras durante el próximo semestre.
