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Niegan excarcelación a Daniel Lagostena, presunto asesino de Erica Soriano

El juez de Garantías de Lomas de Zamora Gabriel Vitale
rechazó hoy excarcelar a Daniel Lagostena, detenido como presunto autor del
homicidio de su pareja, la joven embarazada Erica Soriano, desaparecida desde
2010 de su casa de Lanús.

Fuentes judiciales informaron a Télam que, por su parte, el
fiscal de la causa, Gerardo Loureyro, imputó a Brian Poublan (22), sobrino de
Lagostena (51) también por «homicidio y aborto en contexto de violencia
familiar».
 Los voceros
precisaron que el juez Vitale rechazó esta tarde el pedido de excarcelación
presentado por el abogado Gustavo Della Maggiore, defensor de Lagostena y quien
había argumentado que el acusado siempre colaboró con la investigación. Sin
embargo, el magistrado consideró que la «colaboración» sostenida por
la defensa no es tal, sino que formaría parte de los «hechos»
cometidos o acompañados por el propio Lagostena y sus allegados y que son
materia de investigación, según explicó a Télam una fuente judicial.
El juez tuvo en cuenta la desatención de Lagostena a los
llamados de la familia Soriano cuando Erica desapareció, comunicaciones y
mensajes realizados para despistar y que cuando permitió que los allegados a la
joven entraran al domicilio, advirtieron que el hogar a leña había estado
encendido, pese a que hacía calor.
También mencionó la intención del ahora imputado de
presentarse como «particular damnificado» en la causa y luego de
ello, desaparecer de su domicilio por varios días y ocultar su celular
encendido sobre un kiosco para que no conocieran su real ubicación. Además,
Vitale tuvo en cuenta que en caso de ser condenado por el delito que se le
imputa, la pena a Lagostena «no resultaría de ejecución condicional y
sería de efectivo cumplimiento».
Por último, el juez solicitó al Servicio Penitenciario
Bonaerense que Lagostena quede alojado en la Alcaidía de los Tribunales de
Lomas de Zamora. En tanto, el fiscal Loureyro notificó a Poublan de su
imputación en la causa, aunque hasta esta tarde no había solicitado su
detención, agregaron los informantes. Lagostena fue detenido el miércoles y un
día después se negó a declarar ante el fiscal, aunque en esa oportunidad
adelantó que lo haría en los próximos días.
Erica Soriano (30), embarazada de dos meses y medio, fue
vista por última vez el 20 de agosto de 2010, en Lanús, y la versión de su
pareja es que al día siguiente ella se fue a visitar a su madre a la localidad
de Villa Adelina, en el norte del conurbano, pero nunca llegó. En el marco de
la causa se exhumaron siete cadáveres en el cementerio de Lanús, se examinó la
bóveda de la familia de Lagostena (su padre tiene una funeraria) y se rastrilló
un campo de Saladillo en búsqueda del cadáver, aunque sin resultados.
El 24 de mayo, el fiscal Loureyro recibió un peritaje
psicológico-psiquiátrico que determinó que Lagostena es un hombre
«golpeador y violento que simula constantemente» y con las otras
pruebas reunidas hasta ahora en la causa, que consta de 70 cuerpos y 14.000
fojas, solicitó al juez la detención.
Al hacer lugar, Vitale destacó que en el expediente,
«se determinó que la última señal con vida de la víctima se dio en el
domicilio de Lagostena, con quien mantenía una relación sentimental, por de más
complicada y conflictiva, según testimonios de familiares y amigos».
El magistrado entiende que Erica nunca salió de su casa
rumbo a la de su madre, como declaró su pareja, y que presuntamente fue
asesinada dentro de su vivienda el 20 de agosto de 2010 entre las 22 y las 5.
Es que, según consta en la causa, esa tarde la pareja fue al
médico y a las 21.14 Erica llamó por teléfono a una amiga y le dijo que estaba
yendo con Daniel hacia su casa. Esa fue la última vez que se supo algo de ella.
Cerca de la medianoche, el ahora imputado comenzó a intercambiar mensajes con
su sobrino Brian, con quien hasta entonces no tenía un trato cotidiano ni
habitual.
Finalmente, alrededor de las 5 del día siguiente un teléfono
celular a nombre de la madre del joven se activó en Lanús, luego en la
Costanera, en Capital Federal, y nuevamente en la localidad del sur bonaerense.
Los pesquisas probaron que entre el teléfono de Lagostena y el de su sobrino se
produjeron seis comunicaciones y presumen que se dieron en el lapso durante el
cual se deshicieron del cuerpo.
Otro dato valorado es que en la chimenea de la casa se
hallaron restos de una bombacha, por lo que se presume que el imputado quemó
allí la ropa de su pareja, y una mancha de sangre debajo de una mesita ratona
que se estableció que era de una mujer, pese a que había sido lavada.

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