En la madrugada de ayer, familiares de Pablo Santillán, un joven que murió tras ser gravemente herido en un tiroteo con la policía, agredieron a los médicos del hospital y destrozaron parte del mobiliario y por el hecho 13 personas quedaron detenidas.
El jefe departamental de Lanús, comisario mayor Carlos Perillo, explicó ayer a Télam que el joven fallecido «se encontraba detenido y con consigna policial por orden de una fiscalía».
Perillo sostuvo que ante los hechos de violencia dentro del hospital «se hizo presente personal de la custodia habitual y de la comisaría de la zona para desalojar a los revoltosos» y se dispuso un «cordón de infantería en el exterior del hospital», donde se generaron nuevos incidentes.
Perillo, aclaró que «no hubo ningún tiroteo ni dentro ni fuera del hospital, sino que la policía sólo disparó cartuchos de estruendo» para dispersar a los revoltosos. Por su parte, la madre del joven muerto señaló que su hijo «no es un delincuente» y denunció que «lo mataron» en el hospital «para que no hable porque era inocente», justificando así la ira de los familiares.
Santillán estaba internado en grave estado desde el domingo cuando ingresó con un tiro en la pierna que le afectó la arteria femoral; el joven había sido «baleado en Villa Diamante por un teniente de la policía bonaerense al que quiso robarle el auto», detalló el jefe policia.