Un festival de arte, cine y música se desarrolló hoy en la desembocadura del Riachuelo, en forma simultánea en las márgenes del río en La Boca y Avellaneda, para concientizar a la población sobre el saneamiento de la cuenca.
La actividad, denominada «Integrados por una cuenca limpia para todos», comenzó a las 14 y tuvo como eje central la integración de las dos orillas del Riachuelo en la zona del antiguo puente transbordador, que comunica el barrio porteño de La Boca y el municipio bonaerense de Avellaneda.
La jornada contó con talleres educativos, muestras de artes visuales, espectáculos musicales en vivo y talleres de títeres reciclados, en tanto los asistentes al festival también pudieron navegar en lancha por el río para ver el estado actual del curso de agua y generar conciencia ambiental.
El encuentro formó parte de las tareas de educación ambiental que organiza la Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR).
El secretario de Ambiente, Juan José Mussi, dijo a Télam que «la idea es mostrarle a la gente que el Riachuelo une y no separa, que con el esfuerzo de todos puede volver a ser lo que fue».
«La gente quiere venir y disfrutar el Riachuelo, quiere saber que la realidad puede ser diferente, que este río es de todos y no de ningún gobierno», afirmó al recorrer la ribera avellanedense.
Mussi enfatizó que «la limpieza del Riachuelo no se ha detenido ni se va a detener, todos los mecanismos de saneamiento ya están en marcha: las salas sanitarias ambientales, los ecopuntos, la provisión de agua potable y reubicación de los vecinos, la limpieza del espejo de agua y el control de los vertidos ambientales. Ahora hay que completarlos todos».
«La Corte (Suprema de Justicia de la Nación) deberá resolver cómo reemplazar al juez Armella, pero a nosotros lo que nos preocupa es que ni el gobierno de la ciudad de Buenos Aires ni el gobierno de la provincia de Buenos Aires han puesto los recursos económicos que le ley les indica», planteó Mussi.
Para no detener los procesos iniciados, «hace falta que la Ciudad deposite los 160 millones de pesos, de los cuáles sólo aportó 25 millones; y que la Provincia consiga los 160 millones de pesos que ante el presidente de la Corte Suprema (Ricardo Lorenzetti) dijo no tener», consideró.
«En el directorio de la ACUMAR hay ocho sillas, cuatro por la Nación, dos por la Provincia y dos por la Ciudad: es una pena que ninguna de esas dos jurisdicciones esté hoy presente», concluyó.
En la recorrida por Isla Maciel, el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, dijo a Télam que «tenemos que terminar con los estigmas, como el lugar en el que uno vive, (por eso) el trabajo articulado de los diferentes niveles del Estado está recomponiendo la realidad de la Isla Maciel, y la articulación a través de la ACUMAR está cambiando el Riachuelo».
«A mitad del 2013 esperamos terminar todas las obras que tenemos comprometidas para el saneamiento del Riachuelo; lo próximo es la construcción de la facultad de ciencias ambientales en lo que era el viejo hotel de los inmigrantes», anticipó el jefe comunal.
El presidente de la ACUMAR, Oscar Deina, dijo a Télam que «estamos trabajando en las unidades sanitarias ambientales que a principios de 2013» serán inauguradas.
«También hemos avanzado en varios municipios con los ecopuntos, para manejar el sistema de disposición final de la basura», dijo.
Deina contó que «lo que más está costando es que las empresas reconviertan sus vertidos, y lamentablemente por eso estamos teniendo muchas clausuras».
Por su parte, el vicepresidente ejecutivo de ACUMAR, Antolín Magallanes, contó a Télam que «veníamos trabajando en la recuperación de los puentes y acá es muy importante recuperar la relación de La Boca con la Isla Maciel, que históricamente mantuvieron relaciones de familias que vivían parte un lado y parte del otro, o que vivían de un lado y laburaban del otro».
«Queremos unificar comunidades que comparten un mismo paisaje y revalorizarlas como un tesoro cultural, más cuando durante 2014 vamos a reinaugurar el viejo puente transbordador a pleno funcionamiento», apostó.
La jornada finalizó en el escenario de la ribera porteña, con un recital de la banda mendocina Karamelo Santo, que desde hace 15 años está intalada en el barrio de La Boca en lo que ellos mismo llaman una casa-estudio, donde conviven, ensayan y graban sus temas.