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Comienza juicio a un radiólogo por el crimen a balazos de su esposa en Lanús

Un radiólogo comenzará a ser juzgado hoy por el crimen de su esposa, asesinada de seis balazos luego de que la encontrara frente a la computadora chateando con un supuesto amante en Lanús Oeste, informaron hoy fuentes judiciales.
Se trata de Juan Héctor Pared (56), quien será enjuiciado ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 10 de Lomas de Zamora por el «homicidio agravado por el vínculo», en perjuicio de Mónica Mareco (50).
Fuentes judiciales informaron a Télam que el encargado de la acusación será el fiscal Jorge Bettini Sansoni, mientras que el imputado estará representado por un defensor particular.
Durante el debate oral declararán seis psiquiatras para tratar de dilucidar si en el momento del ataque el acusado estaba consciente de sus actos o si estuvo bajo emoción violenta.
El hecho que se ventilará en el juicio ocurrió el jueves 18 de agosto de 2011 en una casa situada en Deán Funes al 2840 de Lanús Oeste, en la que la víctima convivía junto a Pared.
De acuerdo a la etapa de instrucción, el hombre, un reconocido técnico radiólogo industrial especializado en oleoductos de gas y petróleo, encontró a su mujer sentada frente a la computadora presuntamente conversando a través de la red social Facebook con quien él sospechaba que era un amante.
Tras efectuarle seis disparos con un revólver calibre .32, Pared tuvo la intención de suicidarse, pero su hijo justo llegó a la casa, se abalanzó sobre su padre y se lo impidió.
Es que el joven había declarado que el padre lo llamó la noche del jueves diciéndole que se había «mandado una macana», que se iba a suicidar porque había matado a la madre.
Las fuentes agregaron que el chico concurrió a la casa y se encontró con que Mareco yacía en el suelo con seis tiros en la cabeza, con un bolso, porque aparentemente estaba por abandonar el hogar conyugal.
A los pocos minutos, arribó al lugar la Policía y se dispuso la detención del radiólogo, que quedó acusado de «homicidio agravado por el vínculo».
Según las actas de procedimiento labradas en el lugar, el revólver utilizado era de un abuelo del acusado, que tenía papeles, pero del cual el profesional carecía de tenencia o portación.
Si bien Pared y su mujer convivían en el mismo domicilio, discutían permanentemente, dormían en camas separadas y estaban separados de hecho desde hace algunos años.
Pared sospechaba que su mujer se reunía con un amante cada vez que salía de viaje por el interior del país por razones laborales, y precisamente retornaba de uno de ellos la noche del homicidio.

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