
El fiscal Jorge Betini Sansoni pidió la pena de 15 años de prisión para un radiólogo industrial acusado por el crimen de su esposa, asesinada en 2011 de seis balazos en una vivienda luego de encontrarla frente a la computadora chateando con un supuesto amante, en la localidad bonaerense de Lanús Oeste, informaron fuentes judiciales.
El funcionario judicial requirió al Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 10 de Lomas de Zamora que Juan Héctor Pared (56) sea condenado por el delito de «homicidio agravado», en perjuicio de Mónica Mareco (50).
Fuentes judiciales informaron a Télam que el representante del Ministerio Público descartó en su alegato que el imputado haya sufrido «emoción violenta» y que sea inimputable.
Es que durante el debate oral declaró un perito balístico respecto a que el revólver calibre .32 utilizado en el crimen de la mujer tiene capacidad para siete proyectiles.
Según el especialista, el arma necesita cuatro maniobras para recargarse y, entonces, el acusado lo hizo por lo menos una vez debido a que el cuerpo de la víctima recibió nueve disparos.
Además, el fiscal Betini Sansoni tuvo en cuenta el testimonio de los psiquiatras y el hijo de la pareja, la cual estaba casi separada en el momento del homicidio.
El TOC 10 pasó a un cuarto intermedio hasta la próxima semana cuando se escuchará el alegato de la defensa de Pared.
El hecho que se ventiló en el juicio ocurrió el jueves 18 de agosto de 2011 en una casa situada en Deán Funes al 2840 de Lanús Oeste, en la que la víctima convivía junto a Pared.
De acuerdo a la etapa de instrucción, el hombre, un reconocido técnico radiólogo industrial especializado en oleoductos, encontró a su mujer sentada frente a la computadora presuntamente conversando a través de la red social Facebook con quien él sospechaba que era un amante.
Tras efectuarle nueve disparos con un revólver calibre .32, Pared tuvo la intención de suicidarse, pero su hijo justo llegó a la casa, se abalanzó sobre su padre y se lo impidió.
Es que el joven había declarado que el padre lo llamó la noche del jueves diciéndole que se había «mandado una macana» y que se iba a suicidar porque había matado a la madre.
Las fuentes agregaron que el chico concurrió a la casa y se encontró con que Mareco yacía en el suelo con nueve tiros en la cabeza, con un bolso, porque aparentemente estaba por abandonar el hogar conyugal.
A los pocos minutos, arribó al lugar la Policía y se dispuso la detención del radiólogo, que quedó acusado de «homicidio agravado por el vínculo».
Según las actas de procedimiento labradas en el lugar, el revólver utilizado era de un abuelo del acusado, que tenía papeles, pero del cual el profesional carecía de tenencia o portación.
Si bien Pared y su mujer convivían en el mismo domicilio, discutían permanentemente, dormían en camas separadas y estaban separados de hecho desde hace algunos años.
Pared sospechaba que su mujer se reunía con un amante cada vez que salía de viaje por el interior del país por razones laborales, y precisamente retornaba de uno de ellos la noche del femicidio.