
Lanús comenzó ayer a definir una nueva etapa en su historia en el marco de un proceso eleccionario que tiene en los candidatos a intendente de las principales fuerzas políticas, a representantes de una generación de dirigentes que no tuvo vínculos directos con Manuel Quindimil.
Este proceso se inició a quedar cristalizado en el cierre de listas de junio, cuando el actual intendente Darío Díaz Pérez resignó sus aspiraciones a un nuevo mandato a favor del actual viceministro de Justicia y dirigente de La Cámpora, Julián Álvarez.
Díaz Pérez fue quien venció en 2007 a Manuel Quindimil, quien ostentaba siete mandatos cómo jefe Comunal y había sido el eje de la política en Lanús por más de 40 años. Sobre los hombros de Darío cayó la responsabilidad de llevar adelante la readecuación de la gestión municipal a los nuevos desafíos, y la transición en un peronismo distrital que durante décadas había sido conducido con mano de hierro por el caudillo de Valentín Alsina.
El actual intendente se hizo con la victoria aquella vez con el apoyo del entonces influyente senador nacional José Pampuro y dirigentes del peronismo local cómo José Luis Pallares, Ismael Alé o Héctor Bonfiglio; pero los reacomodamientos políticos y la frustración vecinal frente a la demora en la ejecución de obras o servicios evidenciaron el desgaste de Díaz Pérez en 2011, cuando su reelección quedó marcada por un corte de boleta negativo hacia su figura.
El jefe Comunal se diferenció a cada paso y en cada declaración respecto de su predecesor, endilgándole buena parte de la culpa respecto del estado del distrito. Sin embargo, la genealogía política de Díaz Pérez tiene profundas raices en el Quindimilsmo, siendo el oriudo de Alsina su verdadero mentor.
Por otra parte, con el radicalismo en crisis después de diciembre del 2001, el espacio de la oposición fue ocupado por un lado por el PRO, que hoy incluye en su frente electoral a la UCR; y por los dirigentes duhaldistas derrotados por el kirchnerismo en 2005 pero vencedores en las legislativas bonaerenses de 2009 cuando apoyaron a De Narváez y de 2013 cuando apoyaron a Sergio Massa.
La conformación de estas nuevas estructuras políticas a nivel nacional y provincial hizo que en Lanús comience a desarrollarse una nueva generación que dirigentes, que no tuvieron contacto con quien hasta 2007 fue la referencia obligada de la política de Lanús.
El primero en posicionarse fue el ministro de Hacienda del PRO, Néstor Grindetti, que desde 2007 se midió con Díaz Pérez. Proveniente del mundo empresarial, el candidato del Pro afronta su candidatura a intendente con un alto grado de conocimiento y con su fuerza política consolidada en el 2013 a partir de una gran campaña electoral realizada con una boleta corta.
Nicolás Russo, dirigente del club Lanús durante varias décadas, abandonó la presidencia de esa institución a fines de 2012 y luego de un breve coqueteo con el PRO anunció su incorporación al Frente Renovador, cuya boleta de concejales encabezó en el triunfo de 2013.
Julián Álvarez, abogado de Remedios de Escalada y dirigente de La Cámpora, asumió en 2010 el cargo de secretario de Justicia de la Nación con apenas 29 años de edad; y, con la irrupción en candidatos camporistas en la boleta en 2011 y 2013, comenzó a construir el camino que lo depositó este año en la única candidatura a intendente del Frente para la Victoria.
Si bien los tres tienen entre sus aliados a dirigentes con décadas de militancia en Lanús, que supieron ser desde los más leales aliados hasta los más acérrimos enemigos de Quindimil, el próximo intendente será un dirigente formado más allá de la sombra del caudillo. Habrá que ver cual es el resultado de Octubre.