La esquina de Ferré y Cordero de Avellaneda fue bautizada con el nombre de Graciela Pane, quien fuera secuestrada durante la última dictadura militar.
La joven estudiaba en el colegio “Simón Bolívar” y fue asesinada por un grupo parapolicial de la triple “A”. Al momento de su desaparición, Graciela se encontraba embarazada.