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Reclaman por refugios para mujeres en Lanús

Karina Iacovino, referente nacional de Ellas Hacen y amiga de Adela Maciel, la mujer asesinada el martes en Lanús por su ex marido mientras sostenía a su beba en brazos, aseguró que son “más de 10 mil” las mujeres víctimas de violencia de género que integran el programa en ese partido bonaerense y denunció que en todo el distrito “no hay un solo refugio” para ponerlas a salvo de sus agresores.
“En Lanús no hay ningún refugio, el más cercano está en Lomas de Zamora, el Hogar Fátima Catán, pero ahí nunca tienen lugar y si tenés hijos de más de 12 años no se pueden quedar y te separa de tus hijos”, dijo Iacovino a Télam.
“Nosotras nos agrupamos y nos estamos salvando entre nosotras, como podemos. Yo tengo un refugio en mi casa, que funciona pero no formalmente porque me falta la personería jurídica, pero si una compañera necesita un lugar a dónde ir a las tres de la mañana, mi casa está abierta”, contó.
La mujer se quejó además de que el Municipio de Lanús dejó de pagar noches de estadía en hoteles para mujeres que conviven con violentos a los que la Justicia aún no les aplicó la exclusión del hogar.
“El municipio antes les pagaba un hotel a las mujeres para que pasaran la noche, y eso lo cortaron. Ese beneficio es necesario porque la perimetral o exclusión del hogar del agresor puede tardar 48 o 72 horas”, contó.
Antes de participar en la marcha organizada por familiares, amigos, compañeros de trabajo y organizaciones sociales de Lanús para pedir justicia por Adela, Iacovino afirmó que el asesinato “no puede quedar como el crimen de una negrita más”, porque ella estaba en un programa del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación desde hacía tres años.
La mujer contó que cuando su amiga ingresó al programa ya era víctima de violencia por parte del hombre que terminó matándola, José Ariel Aranda, quien es el padre de la bebé de nueve meses que tenía en brazos, “que se salvó porque intervino un matrimonio” que pasaba por la plaza donde tuvo lugar la terrible golpiza.
“Ella entró al programa como otras mujeres con problemática de violencia de género, para terminar sus estudios primarios y secundarios, capacitarse en un oficio con salida laboral y armar una cooperativa”, dijo.
Durante todo este tiempo el agresor siguió atacándola “esporádicamente”.
El día de la agresión, Adela había quedado en encontrarse con el padre de su beba porque “tenía que darle un dinero”.
“La madre le dijo que no fuera ella, que le podía hacer algo, pero ella le respondió ‘¿qué me va a hacer si estoy con la bebé?”, contó.
Esto no detuvo a Aranda, quien la mató a golpes en la plaza Sadop, de Villa Diamante.
El viernes por la mañana, amigos y familiares de Adela junto a movimientos sociales marcharon hasta la municipalidad de Lanús -dónde está la secretaría de Seguridad local- para exigir justicia y la implementación de medidas de protección para las víctimas de violencia de género.

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