El Pequeño Cottolengo Don Orione de Claypole celebró el octogésimo aniversario de su inauguración con una misa, una representación artística realizadas por actores de la institución y el descubrimiento de una placa dedicada a los bienhechores de la entidad, que alberga a personas con capacidades diferentes de distintas edades.
La celebración también marcó el cierre del Proyecto de Mejoras Edilicias y Modernización 2013-2016 «Siempre un poco más», que ha permitido llevar adelante cambios de gran magnitud en la infraestructura para responder a los nuevos estándares de arquitectura orientada a la accesibilidad de las 400 personas con discapacidad que residen en el Cottolengo de Claypole.
En la oportunidad, el hermano Jorge Sillanes, directivo del equipo de Conduccioón dee la entidad dijo que «el Pequeño Cottolengo es una ciudad de caridad. Don Orione estaría contento en estos momentos, como nosotros. Pero también estaría luchando».
«Estar aquí es un privilegio, una alegría, pero también es una gran responsabilidad», añadió.
El religioso recordó que el Cottolengo fue creado desde la inspiración de Don Orione en homenaje a San José Benito Cottolengo, santo dedicado a estar al servicio de los demás. «Acá nos enriquecemos todos».
«A pesar de nuestros límites vamos tratando de mejorar y dar nuevas respuestas a la problemática actual de las personas con discapacidad», subrayó el eclesiástico.
En tanto, el intendente de Almirante Brown, Mariano Cascallares, también estuvo presente en la fiesta, aseguró que el lugar «emana amor».
«Para nosotros es central ponernos a disposición y trabajar juntos. La tarea que hace la obra es digno de reconocimiento y para nosotros es un orgullo que pertenezca al municipio de Almirante Brown», sostuvo el jefe comunal.
Como en sus comienzos, en el Pequeño Cottolengo de Claypole se trabaja para el desarrollo de las potencialidades de los niños, jóvenes y adultos de entre 7 y 98 años con discapacidad física y mental que gozan en el lugar de su hogar y su familia.
Un equipo interdisciplinario de profesionales -junto a voluntarios y religiosos- atiende las necesidades materiales, de salud, afectivas y espirituales de cada uno de los residentes del Pequeño Cottolengo.
Las 50 hectáreas del predio cuentan con 15 casas u hogares, una escuela especial, una sala para cuidados médicos especiales, salas de rehabilitación e hidroterapia, un centro de terapia ocupacional, talleres y una huerta, entre otras dependencias asistenciales, recreativas y de servicio, informó NA.