Un estudio sobre las preferencias de consumo de azúcares realizado en nuestro país por la Universidad Nacional de Lanús (UNLa) determinó que 9 de cada 10 argentinos incluye alimentos dulces en su alimentación y además reveló que su “sabor” y el “placer” que producen son los principales motores del consumo.
La encuesta de preferencias de consumo de alientos con azúcar nuestro país fue llevada a cabo por la Carrera de Ciencia y Tecnología de los Alimentos perteneciente al Departamento de Desarrollo Productivo y Tecnológico de la Universidad Nacional de Lanús (UNLa) en mayo y junio, con una muestra de más de 800 mayores de 18 años en CABA y Región Metropolitana.
José María Aulicino, Codirector del equipo de investigación de la UNLa que realizó la encuesta, explicó que “hay una omnipresencia de los elementos azucarados en la dieta de los argentinos que consumen azúcar porque para ellos es rica, natural, nutritiva y les brinda placer” y añadió que “son percepciones que están presentes en la mayoría y atraviesan a todos los grupos sociales, edades o sexos”.
Es que, según el sondeo, el 92% de los argentinos que incorporan alimentos dulces diariamente a su dieta lo hace porque es “rico”; el 82% de ellos porque le produce “placer”; el 60% considera que el azúcar es un alimento “natural” y un 68% que su aporte es “indispensable para el desarrollo y funcionamiento del organismo y el cerebro”.
Según esta investigación, el sabor dulce tiene el reinado en la preferencia de sabor de los argentinos tanto en el desayuno, como en la merienda y a la hora del postre.
“Desde un punto de vista médico, la preferencia por lo dulce se explica por el hecho de que el cerebro humano se alimenta únicamente de glucosa, que es parte constitutiva del azúcar y es por eso que el sabor dulce activa neurotransmisores relacionados con el placer y ayuda a identificar fuentes de energía seguras y rápidas”, dijo Aulicino.
Por otra parte, detalló que “el 91% de los argentinos es consciente de que las enfermedades que pudieran devenir del consumo de azúcares responden al exceso en su ingesta, no al producto en sí, al que le otorgan cualidades positivas” y añadió que “la mayoría entiende que el azúcar debe estar presente en una dieta equilibrada”.
En la investigación se evidencia también la pasión de los argentinos por reunirse, agasajar y compartir alimentos como parte de su idiosincrasia.
“El consumo está asociado a la cultura de un país: el 90% de los entrevistados considera que siempre debe haber algo dulce para ofrecerle a las visitas y que debe haber azúcar en el hogar para ofrecer a invitados en caso de que quieran endulzar infusiones como té, café o mate”, sostuvo el director de la investigación.
Si bien la investigación demostró que las mujeres son más “dulceras” en su consumo, también reveló que los varones, en comparación con ellas, tienen percepciones más positivas sobre los alimentos dulces y el azúcar: el 86% de los hombres cree que el azúcar blanco “debe estar presente en un hogar” y que forma parte de una alimentación “equilibrada”. Además, ellos prefieren al azúcar para endulzar infusiones, mientras que las mujeres alternan su uso con edulcorantes o miel.
Entre las características de preferencia del azúcar por edad, el trabajo destaca que: entre los 18 y 30 años, las personas la consumen para obtener un mejor rendimiento físico; entre los 31 y 45 porque creen que debe formar parte de una dieta equilibrada y controlada; entre 46 y 60 años porque la consideran indispensable en la cocina para preparar alimentos; y los mayores de 60 años asocian los sabores dulces con “recuerdos de su infancia” y porque creen que es bueno para el cerebro y el organismo.