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Crimen de Anahí Benítez: Allanan domicilio de Villalba

Investigadores y efectivos policiales con perros adiestrados de Gendarmería Nacional realizaron hoy un allanamiento en uno de los domicilios de Marcelo Villalba, detenido por haber tenido en su poder el celular de Anahí Benítez.
Según se informó, los animales no detectaron ningún rastro de la víctima en la casa ubicada en Oliden 1223 de Lomas de Zamora.
«El objetivo es determinar si los canes detectaban con su olfato algún rastro de la presencia de Anahí en esa casa, o si encontraban algún elemento de interés para la causa, pero por el momento la diligencia dio resultado negativo», dijo uno de los investigadores.
Además, inspeccionaron un baldío lindero a la vivienda, donde la semana pasada había sido encontrado tirada la funda rosa de plástico que pertenecía al celular de la víctima.
Villalba está detenido desde el miércoles pasado cuando el teléfono celular de Anahí fue hallado en poder de un hijo suyo adolescente, de 16 años.
El chico explicó a los investigadores que ese Samsung modelo Core que pertenecía a Anahí y había sido activado con otro chip, se lo había regalado su padre y por ello Villalba quedó aprehendido y se transformó en el segundo detenido en la causa, junto a Marcelo Bazán.
Ayer, la fiscal Verónica Pérez, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Femicidios de Lomas de Zamora, realizó un nuevo allanamiento en la casa de Bazán, dentro de la reserva Santa Catalina, donde los perros detectaron el rastro de Anahí.
Allí, los pesquisas incautaron 13 granadas lacrimógenas, dos plantas de marihuana y una serie de hongos que Bazán cultivaba y ahora serán analizados para determinar si eran comestibles o alucinógenos.
El 29 de julio último, Anahí salió de su casa de la localidad bonaerense de Parque Barón, en Lomas de Zamora, a caminar unas cuadras hacia el Parque Municipal Eva Perón y, al no regresar, su familia denunció su desaparición y comenzó su búsqueda.
El viernes 4 de agosto, el cadáver de la adolescente fue encontrado desnudo, con lesiones cortantes y contusas en el rostro y la cabeza, enterrado en la Reserva Natural Santa Catalina, un predio de 730 hectáreas en Llavallol y que la Policía rastrillaba con perros adiestrados, ya que esa zona fue donde se activó la antena de su celular el día que fue vista viva por última vez.
La autopsia determinó que la chica murió de una asfixia por sofocamiento y que no presentaba signos de abuso, ni de defensa.

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