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El marido de la enfermera asesinada en Longchamps quedó imputado

El marido de la enfermera Marcela Coronel, quien fue hallada asesinada en su casa de la localidad bonaerense de Longchamps el lunes último, fue imputado por el delito de «homicidio» aunque por ahora no se dispuso su detención.

Se trata del empleado de seguridad Gabriel Guevara (24), quien fue notificado de su situación procesal por la fiscal de Violencia de Género de Lomas de Zamora, Marcela Juan, que además dispuso que se le extraiga sangre para realizar análisis genéticos.

El hecho se conoció el lunes último, cuando se halló a una nena deambulando sola por la calle en la localidad de Burzaco y los vecinos manifestaron que no la conocían, por lo que se la llevó a la comisaría de la familia de Almirante Brown.

Poco después, se presentó en la seccional Guevara, padre de la niña, quien dijo que hacía cuatro años que estaba en pareja con Coronel, enfermera del Hospital Italiano del barrio porteño de Almagro; que ella trabajaba allí en el turno tarde y que esa mañana, cuando él se había retirado, su hija había quedado al cuidado de su pareja.

Relato, además, que se enteró por las redes sociales de que su hija había sido encontrada en la calle y que cuando se comunicó con su hermana a raíz de esto, ella le dijo que Marcela le había enviado un mensaje diciéndole que no fuera a cuidar a la niña ese día, como lo hacía habitualmente, porque ambas irían a la casa de su madre.

Debido a que el relato de Guevara no resultó creíble para la Policía, la fiscal Juan ordenó una inspección en la casa de la pareja, donde en el interior de una habitación utilizada como galpón se encontró el cuerpo sin vida de Coronel envuelto en una frazada.

Tras el hallazgo, trabajaron allí peritos de Policía Científica, mientras que se secuestraron el celular, la notebook y las prendas de vestir que en ese momento tenía Guevara, así como vestimenta de la niña y de la enfermera.

En tanto, en el sector del baño se halló dentro de un balde con agua un short de fútbol, el cual tenía manchas de sangre y que el ahora imputado reconoció como suyo. Los investigadores descartaron el robo, ya que en la vivienda no se observaron signos de violencia en aberturas y se halló la puerta de ingreso cerrada cuando se la inspeccionó, así como un juego de llaves en el interior de la misma y otro en poder de Guevara.

Efectuada la autopsia, se estableció que la data de muerte sería de 12 a 16 horas y que la causa fue asfixia (la sofocaron tapándole la nariz y la boca), aunque previamente le habían efectuado tres golpes en la cabeza con un hacha que no la mataron y la habían tratado de estrangular con un lazo.

Cuando se revisó la vivienda, no se encontró el hacha -pese a que el imputado dijo tener una de pequeño tamaño- ni tampoco el celular de la víctima.

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