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Femicidio de la enfermera: El esposo dice que su hermano es el asesino

El esposo de Marcela Coronel acusó a su hermano de ser el responsable del crimen de la enfermera asesinada en Longchamps hace 15 días.

Gabriel Guevara se declaró inocente ante la fiscal Marcela Juan, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Violencia de Género del Departamento Judicial Lomas de Zamora, quien lo indagó como «coautor» del «homicidio triplemente calificado» de Coronel.

Fuentes judiciales informaron que Guevara (24) relató lo que él hizo en su casa desde la noche previa al crimen hasta la mañana siguiente, cuando se fue a trabajar en su puesto de vigilador privado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El acusado contó que al llegar a su domicilio se acostó en el comedor, miró un rato Netflix, luego se fue a dormir con Coronel, con quien estaba «todo bien», y que cuando se levantó se fue a trabajar, dijeron lo informantes.

Según las fuentes, Guevara aseguró ser inocente y pidió que se haga justicia por su esposa y por su hija que se quedó sin madre, al tiempo que reconoció que tanto él como su familia dudaban de su hermano Pablo (26) dado los antecedentes penales de éste, un ex policía bonaerense echado de la fuerza por un hurto.

«Abrió una abanico de sospechas hacia su hermano», explicó una fuente con acceso al expediente.

Mientras, otro informante judicial que participa de la investigación penal sostuvo que ciertos dichos del marido de la víctima «no se condicen con algunos elementos de la causa» y que las sospechas hacia su hermano le surgieron el viernes pasado, un día antes de que ambos fuesen detenidos.

Tras la indagatoria, Gabriel Guevara fue retirado minutos antes de las 14 de los tribunales de Lomas de Zamora, esposado y escoltado por personal policial, y antes de ser subido a un patrullero reiteró sus sospechas hacia su hermano ante las preguntas de los periodistas allí presentes.

La declaración del marido de Coronel se llevó a cabo hoy luego de que el defensor Wilk solicitara ayer posponerla por un día.

Por su parte, Pablo Guevara, quien contó con el defensor oficial Pablo Guerra, se negó a declarar al ser indagado ayer por la fiscal Juan, quien lo acusa también como «coautor» del homicidio calificado de la enfermera.

En tanto, Daniel Guevara, padre de los dos detenidos, afirmó en declaraciones a la prensa que Pablo «fue el asesino», que él lo entregó a la Justicia y que Gabriel «es inocente».

En ese sentido, Guevara padre cree que Pablo vio salir de la casa a Coronel cuando ella fue a hacer las compras, decidió entrar a robar y cuando la enfermera regresó para dejar lo que había comprado, descubrió a su cuñado y se originó la pelea que terminó en el homicidio.

Sin embargo, María Ruíz, madre de la víctima, dijo que no cree hayan sido «solo dos» los autores del crimen y que no va a parar hasta que «estas lacras humanas paguen por lo que hicieron».

Los hermanos Guevara fueron detenidos la noche del sábado por orden del juez de Garantías Gabriel Vitale y a pedido de la fiscal Juan, quien el 1 de junio ya había imputado al marido de la enfermera pero sin llegar a indagarlo.

Las fuentes señalaron que la fiscalía valoró entonces una serie de contradicciones en las que incurrió Gabriel al brindar su primer testimonio.

Mientras, las sospechas sobre Pablo surgieron por lo declarado por su padre y su hermano y por los videos de cámaras de la Municipalidad de Almirante Brown que lo grabaron caminando y con su sobrina en brazo minutos antes de que la niña fuese abandonada en Burzaco.

El femicidio de Marcela se descubrió el 28 de mayo, cuando su hija fue encontrada deambulando sola por las calles de dicha localidad de Almirante Brown y se convocó a la Policía.

Luego, Gabriel Guevara, padre de la niña, se presentó en la comisaría de la familia de ese partido y dijo ser la pareja de la enfermera, que ésta trabajaba en el Hospital Italiano en el turno tarde y que esa mañana, cuando él se había retirado, su hija había quedado al cuidado de ella.

El hombre contó que él se enteró por las redes sociales que su hija había sido encontrada en la calle y que cuando se comunicó con su hermana a raíz de esto, ella le dijo que Marcela le había enviado un mensaje diciéndole que no fuera a cuidar a la niña ese día, como lo hacía habitualmente, porque ambas irían a la casa de su madre.

Debido a que el relato del esposo no resultó creíble, la fiscal Juan ordenó una inspección en el domicilio de la pareja, situado en Roberto Arlt al 3500 de Longchamps, donde se encontró el cadáver de la enfermera envuelto en una frazada en una habitación utilizada como galpón.

La autopsia determinó que la mujer fue atacada de tres hachazos, que luego fue estrangulada a lazo y que finalmente murió asfixiada al ser sofocada cuando le taparon la boca y la nariz.

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