La pareja y el cuñado de Marcela Coronel, la enfermera de 33 años asesinada en mayo en su casa de Longchamps, seguirán detenidos acusados de ser los autores del femicidio. La medida fue tomada luego de que la Cámara de Apelaciones de Lomas de Zamora rechazara un recurso de los abogados de los hermanos Pablo (26) y Gabriel Guevara (24).
De esta forma, quedó confirmada la prisión preventiva dictada por el juez de Garantías 8 de Lomas de Zamora, Gabriel Vitale, previamente solicitada por la fiscal Marcela Juan, especializada en Violencia de Género y Familiar.
Con la confirmación de la Cámara, también queda firme la suspensión de la responsabilidad parental (ex patria potestad) de Gabriel Guevara respecto de su hija, la cual había sido abandonada en una plaza de Burzaco cuando se cometió el hecho.
El femicidio de Marcela Coronel (33), quien trabajaba como enfermera en el Hospital Italiano de la Capital Federal, se descubrió el 28 de mayo último, cuando su hija fue encontrada deambulando sola por las calles de Longchamps y se convocó a la Policía.
El padre de la niña se presentó en la comisaría de ese partido y dijo ser la pareja de la enfermera, que ésta trabajaba en el hospital en el turno tarde y que esa mañana, cuando él se había retirado, su hija había quedado al cuidado de ella.
El hombre contó que él se enteró por las redes sociales que su hija había sido encontrada en la calle y que cuando se comunicó con su hermana a raíz de esto, ella le dijo que Marcela le había enviado un mensaje diciéndole que no fuera a cuidar a la niña ese día, como lo hacía habitualmente, porque ambas irían a la casa de su madre.
Debido a que el relato del esposo no resultó creíble, la fiscal Juan ordenó una inspección en el domicilio de la pareja, situado en Roberto Arlt al 3500 de Longchamps, donde se encontró el cadáver de la enfermera envuelto en una frazada en una habitación utilizada como galpón.
La autopsia determinó que la mujer fue atacada de tres hachazos, que luego fue estrangulada a lazo y que finalmente murió asfixiada al ser sofocada cuando le taparon la boca y la nariz.
Según la versión de Pablo Guevara, ex policía, el día del hecho su hermano lo llamó entre las 3 y las 5 de la madrugada para pedirle ayuda porque “se le había ido la mano con Marcela».
Pablo afirmó ante la fiscal que cuando llegó a la casa de Gabriel, su hermano ya se había encargado de mover el cuerpo y limpiar y lo único que reconoció es haber colaborado para hacer parecer que había ocurrido un robo y en llevarse a su sobrina.
Los voceros señalaron que, incluso, Pablo contó que tuvo una discusión con Gabriel cuando le dijo que la zona estaba repleta de cámaras y lo iban a descubrir llevando a la nena -tal como sucedió-, pero que Gabriel le dijo que “no sea cagón” y lo haga.
Previamente, el marido de la víctima había apuntado contra su hermano por sus antecedentes penales y porque descubrieron que tenía en su poder el celular de Marcela, pero finalmente quedaron con prisión preventiva el Gabriel como autor y su hermano como partícipe secundario.