Roberto Monzón fue condenado hoy por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 2 de Quilmes a prisión perpetua por asesinar a su esposa y luego simular que ella se había suicidado, en marzo de 2013, en la localidad bonaerense de Florencio Varela.
A pesar de la condena, el homicida, no irá a la cárcel hasta que el fallo de primera instancia quede firme sino que deberá cumplir con un régimen de control del Patronato de Liberados.
La pena coincidió con lo solicitado en los alegatos de la semana pasada por el fiscal de juicio Sebastián Videla, quien descartó la hipótesis inicial del suicidio al sostener que en la escena del crimen se halló desorden y manchas de sangre del ahora condenado y que la mujer, además de los signos de ahorcamiento, presentaba lesiones por golpes.
La fiscalía también valoró que no existió una carta suicida y que la mujer no había evidenciado signos de que pretendía quitarse la vida.
Por su parte, la defensora oficial Mariana Yeregui había pedido la absolución de Monzón por considerar que Pérez se había suicidado y destacó que la sangre del hombre en la escena del crimen se debió a que él rompió una ventana del lugar al encontrar a su esposa ahorcada.
La defensa remarcó también que fue Monzón quien alertó del hecho a la Policía, que siempre colaboró con la investigación y que incluso uno de los tres hijos que tenía con Pérez sugirió a través de su declaración en Cámara Gesell que no había conflictos de pareja, al tiempo que los propios padres de la víctima se refirieron a él en buenos términos, detallaron los voceros.
En ese sentido, el propio Monzón aseguró al pronunciar sus «últimas palabras» antes del veredicto que él era inocente.