
Una de las placas de los que hasta hace meses fueron «soldados argentinos sólo conocidos por Dios» fue entronizada el pasado 21 de diciembre en el Centro de Veteranos de Guerra de Malvinas de Lanús, luego de ser solicitada por la familia del ex combatiente Julio Romero, uno de los soldados identificados.
Las placas pertecen a soldados enterrados en el cementerio de Darwin- que fueron identificados durante este año- y son distribuidas por todo el territorio continental argentino.
La iniciativa, impulsada por la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas, fue tomando forma a medida que fueron traídas al continente las placas de granito negras de los 106 soldados que lograron ser identificados -hasta el momento- gracias a los trabajos forenses del Comité Internacional de la Cruz Roja y el Equipo Argentino de Antropología Forense.
«Las placas traídas de Darwin son entregadas por pedido de cada familiar del soldado que haya sido identificado, que lo requiera a la Comisión de Familiares. Cada placa está siendo trasladada y entronizada en lugares emblemáticos a lo largo y ancho del país», explicó María Fernanda Araujo, presidenta de la comisión de familiares, que tiene el poder de custodia y administración de las placas traídas de Malvinas.
La mayor parte de las placas fueron traídas al continente el pasado 26 de marzo, cuando dos aviones financiados por el empresario Eduardo Eurnekian, presidente de Corporación América, volaron a Malvinas con los familiares de unos 90 soldados que habían sido identificados hasta ese momento.
Más allá de hacerse cargo de ese histórico viaje, Eurnekian es padrino de la Comisión de Familiares y asume el costo del mantenimiento del cementerio de Darwin. Este año también financió el traslado del cuerpo del capitán Luis Castagnari desde las islas a su Río Cuarto natal.