Uncategorized

La ecología y la versatilidad, claves de la nueva industria logística

La modernización de las matrices productivas y el impacto de
las nuevas tecnologías hacen que la logística de cualquier empresa se vea
puesta a prueba. El manejo de los stocks producidos y su disponibilidad para el
despacho son dos ítems que pueden poner en riesgo todos los esfuerzos para
hacer eficiente el trabajo de creación del producto y también lo que se haya
hecho para conseguir clientes.
Rapidez, flexibilidad y versatilidad en el departamento de
logística deben estar aseguradas y cuando se manejan grandes volúmenes de
mercadería, se necesitan herramientas acordes con esas metas. Por ejemplo, la
elección de una flota de elevadores, conocidos genéricamente como
«clarks», puede ser definitorio.
Las opciones no son pocas respecto de potencia, capacidad de
carga y sistema de abastecimiento, siendo este último factor decisivo para algo
no menor: el cuidado del medioambiente. Según todos los estudios relevados, el
uso de apiladores eléctricos favorecen  la reducción en la contaminación por la baja
emisión de gases y, por otra parte, su funcionamiento silencioso mejor la
calidad laboral dentro de la empresa.
En lo que respecta a la versatilidad, los clarks eléctricos
cuentan con distintas velocidades, mientras que sus sistemas de operación y su
capacidad de inclinación los hacen fácilmente adaptables a las funciones que
deban ser desempeñadas por el operador a cargo.
También suelen ser más compactos, permiten una mayor
cantidad de maniobras, como así también su utilización en pasillos o espacios
reducidos.
La vida útil y el mantenimiento de los equipos de logística
también deben ser puestos en la balanza: en ambos, los eléctricos le sacan
ventaja a los que se impulsan por combustibles tradicionales. 
Un detalle no menor es que en los clarks eléctricos son
menos las piezas que se ven implicadas al momento de llevar a cabo un
movimiento, por lo que es menor el desgaste de las mismas.
Las baterías que sustentan la operación de estos equipos han
evolucionado, ganando capacidad de almacenamiento, velocidad de carga y
durabilidad. La duración mínima antes de su reemplazo es de al menos 5 años, se
cargan en menos de una noche y duran toda la jornada de trabajo. 
Los cuidados de estos equipos difieren mínimamente respecto
de sus primos de combustión tradicional. 
Se los debe limpiar del polvo y la pelusa evitando el uso de productos
químicos o abrasivos; evitar la realización de modificaciones sobre la máquina
sin la previa consulta de un especialista y cubrir la máquina en caso de que la
misma deba pasar la noche en ambientes exteriores o abiertos, para evitar su
deterioro como causa de la humedad de los mismos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *