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Argentina: radiografía de la pasión por los quesos

Por la buena calidad de su materia prima y por una tradición que se remonta a mediados del siglo XIX, los quesos argentinos se han sabido destacar en un exigente mercado internacional que no los pierde de vista y, además, los premia en distintos certámenes.

Además, se trata de un país que -a fuerza de pizzas, picadas y pastas- consume este tipo de producto lácteo como ningún otro en Latinoamérica: Los más de 10 kilogramos per cápita duplican los 5,2 de Chile y casi triplican a Brasil y México.

Así, pequeños, medianos y grandes productores nacionales le dan potencia a un sector que, hace pocos años atrás, ocupaba el séptimo lugar a nivel mundial a la hora de medir en términos de fabricación.

La vitalidad de los queseros argentinos se evidencia en los torneos nacionales que se realizan a lo largo de toda la geografía nacional. Hace poco más de un mes, el Ministerio de Agroindustria bonaerense realizó la décimo segunda Cata de Quesos en Tandil, en la que intervinieron 58 empresas que compitieron con 254 tipos de quesos.

Tandil, una de las «capitales» nacionales de este tipo de productos, fue la sede del encuentro que duró cuatro días dónde se «evaluó sensorialmente a los productos presentados, dependiendo de las categorías de los quesos y comparándolos con un patrón donde los jurados presentes tienen la capacidad de distinguir y otorgar un puntaje de cero a 5 a las empresas».

En esa competencia se otorgaron tres premios por categoría (que son 34) con medallas de oro, plata y bronce, y se seleccionó el gran campeón del evento.

En la categoría más importante, el primer premio fue para el «Fontina» Luz Azul y el segundo y tercer premio se lo llevaron dos «Gouda».

Más allá de ese evento y los elegidos, Argentina se destaca en el mundo quesero por cinco tipos muy distintivos:

El «Reggianito», muy difundido para rallar, tiene sus orígenes en los inmigrantes italianos que deseaban hacer un queso que recordara a su Parmigiano Reggiano natal.

Para las pastas o la sopa, también se usa el «Sardo», que es suave, salado en sabor y cuando es joven, tiene una textura suave. A medida que madura, Sardo se vuelve seco, desmenuzable y apto para rallar.

La Provoleta, una variante del Provolone, es la infaltable puerta de ingreso a los asados argentinos.

El «Mar del Plata» está emparentado con otros quesos de origen holandés, como los quesos Gouda y Edam, ideal para las picadas y los postres.

Finalmente, el menos conocido pero no menos apetitoso, el Requesón es muy popular en los postres italianos y en galletas. En los restaurantes italianos a menudo se sirve el requesón con condimentos, como azúcar, canela, agua de azahar y, a veces, chocolate.

Sin embargo, sólo dos de estos se encuentran entre los más consumidos en el país. El top five de los más buscados son: el cremoso (Cuartirolos y Port Salut), la Mozzarella (fundamentalmente para las pizzas), el Tybo (queso de máquina), el Sardo y el Reggianito.

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