Por la crisis económica del último año, el consumo interno de carne -que representa el 75% de la demanda del producto- sufrió una fuerte caída, al descender casi 5 kilos por habitante. Sin embargo, los ganaderos tuvieron saldo positivo: las exportaciones alcanzaron un récord en 2019 con los mayores envíos en los últimos 14 años,.
Hasta octubre «se llevaba exportado unas 670.000 toneladas, 50% más que en igual período del año pasado», lo cual abrió una proyección anual cercana a las 850.000 toneladas, que «superaría las 771.000 toneladas exportadas en el año 2005».
El salto exportador fue posible «gracias a una clara política de apertura de mercados conducida por el anterior gobierno, aunque la realidad es que vino dado por el mercado ante una situación no prevista, como lo fue la irrupción de la fiebre porcina africana» en China, el principal comprador de carne vacuna argentina.
En cuanto a la dinámica del mercado doméstico, el informe de la entidad destacó que «más allá de una tendencia a diversificar el consumo de carnes que se viene consolidando en los últimos años, existe una caída real en el consumo total de carnes cuyo ajuste principal ha sido la carne vacuna».
«En promedio, el argentino consume 110 kg de carne al año, 43 de pollo, 15 de cerdo y 52 de vacuno, mientras en 2018 el consumo medio se ubicaba en 115 kg por habitante, lo que muestra una retracción anual de 5 kg, producto de una clara pérdida del poder adquisitivo del consumidor».
Según el mercado ganadero rosarino, el mayor peso relativo del consumo interno y la «fuerte caída del poder de compra» impactan sobre los precios de toda la cadena.