El Ministerio de Desarrollo Social, que dirige Daniel Arroyo, lleva distribuidas 240.000 tarjetas y el proceso seguirá la semana próxima en el interior bonaerense y en varias provincias más con las que ya se firmó el respectivo convenio.
Según una muestra tomada entre el 20 y el 27 de enero en varios supermercados de una misma cadena donde hicieron compras beneficiarios de la tarjeta con domicilio en Almirante Brown, Avellaneda, General San Martín y La Matanza, el gasto promedio por hogar fue de $ 2.734 y una gran parte se consumió en productos saludables.
La tarjeta alimentaria se está entregando, en una primera etapa, a madres y padres con hijos de hasta 6 años que al momento estén percibiendo la Asignación Universal por Hijo (AUH); embarazadas a partir de los 3 meses que actualmente perciben la asignación por embarazo; y personas con discapacidad que reciban la AUH.
A las familias con un hijo el Gobierno les deposita en la cuenta bancaria $4.000 los terceros viernes de cada mes, monto que sube a $6.000 para las que tengan dos o más hijos. Sólo puede usarse para comprar alimentos y bebidas (excepto las alcohólicas); no para extraer dinero.
De acuerdo con el relevamiento realizado por Desarrollo Social, el 42,8% de los productos comprados por los beneficiarios de 8.546 tarjetas corresponden a alimentos recomendados por la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS), mientras que el 25,5% de los ítems adquiridos son “no recomendados”; el resto pertenece a otros alimentos.
De los alimentos saludables, los beneficiarios de las tarjetas compraron 26.202 kilos de proteína animal (3,1 kilos por hogar); 16.643 litros de lácteos líquidos (1,9 litros por hogar); 2.362 kilos de lácteos densos/polvo (0,3 kilos por hogar); 8.170 kilos de verduras (1 kilo por hogar); y 4.612 kilos de frutas (0,5 kilo por hogar).
Entre los alimentos no saludables consumidos, se destacan los ultraprocesados, con excesiva azúcar o sodio, como las gaseosas y bebidas azucaradas, jugos en polvo, harina y cereales con azúcar, golosinas, productos en base a cacao, edulcorante, aderezos.
El resto de los alimentos comprados incluyen harinas sin azúcar, arroz, puré de tomates, duraznos y otras frutas en lata, gelatina, dulces y mermeladas, aceite, vinagre y aceto, grasa y manteca, condimento, infusiones, azúcar, miel, productos de rotisería y sal.
Al analizar los datos según el peso del gasto en cada categoría, se observa que casi $6 de cada $10 gastados corresponden a alimentos recomendados y menos de 2, a no recomendados. Concretamente, el 58,1% de lo gastado corresponde a productos saludables; 23,9% a otros alimentos y 17,8%, a los no sugeridos. Según el informe, las gaseosas y las bebidas azucaradas (1,2%) y los jugos en polvo (1,3%) representan el 2,5% de lo gastado en alimentos, mientras que el 3,7% corresponde a proteínas cárnicas ultraprocesadas, productos que tampoco recomiendan los expertos en nutrición.
Durante las últimas semanas, se han realizado varias inspecciones y multas en comercios donde se detectaron irregularidades con el uso de la tarjeta
Las 8.546 tarjetas de la muestra de consumos corresponden a una misma cantidad de hogares, ya que a cada hogar le corresponde un solo plástico.
El promedio de gasto durante esa primera semana de enero fue de $2.734, pero la distribución fue la siguiente: el 26,1% de los hogares gastó, en total, hasta $1.499; un 20,3%, entre $1.500 y $2.499 y un 33,8% entre $2.500 y $3.999. Finalmente, sólo el 19,8% consumió $4.000 o más. (Infocielo)