Familiares y amigos de Fernando Marino (28), el joven asesinado de un disparo cuando repartía mercadería en Adrogué, pidieron que testigos aporten imágenes e información a la causa, mientras el fiscal del caso pidió una prórroga del plazo para solicitar la prisión preventiva a los dos “motochorros” detenidos por el hecho, informaron fuentes judiciales.
Con una gran bandera que decía “Justicia para Fernando”, más de 100 personas, entre familiares y amigos del joven repartidor que fue asesinado cuando dos “motochorros” intentaron robarle la camioneta que conducía, se movilizaron en caravana desde la localidad bonaerense de Sarandí hasta la Plaza Alsina, en Avellaneda.
Durante el recorrido, de aproximadamente tres kilómetros por la avenida Mitre, los asistentes pidieron que testigos del hecho aporten más pruebas contra la pareja de “motochorros” detenidos y acusados de dispararle a Fernando.
Matías, primo de Fernando, dijo a Télam que si bien el fiscal de la causa, Gerardo Mohoraz “está trabajando bien”, solicitó que quien tenga imágenes o información sobre el asesinato de su primo se acerque a la fiscalía 6 de Lomas de Zamora.
“Nos dicen que las pruebas no son contundentes. Entendemos que hay pruebas que los vinculan y queremos que estén detenidos hasta el juicio”, aseguró el joven.
Por su parte José, padre del repartidor, señaló que su hijo “salió a trabajar y me lo devolvieron en un cajón”, y agregó: “Necesitamos que la gente aporte más pruebas para demostrar que fueron los detenidos los que mataron a Fernando”.
Mirta, madre del joven, dijo entre lágrimas que su hijo “fue a trabajar, no hizo nada malo, solo quería progresar”.
Fuentes judiciales precisaron a Télam que los dos jóvenes detenidos por el hecho continúan sin prestar declaración en sede judicial y confirmaron que el fiscal Mohoraz solicitará una prórroga de 15 días para pedir la prisión preventiva.
Los detenidos, Mauro Sebastián García (25) y Johanna Anabella Quevedo (29), están imputados por “homicidio calificado, tentativa de robo calificado y tenencia ilegal arma de guerra”.
El asesinato de Marino ocurrió el 27 de julio al mediodía cuando el repartidor se movilizaba a baja velocidad con su camioneta Renault Kangoo, color gris, ya que estaba buscando un domicilio en proximidades de la calle Italia y Bouchard, en Adrogué, donde aparentemente tenía que entregar un producto.
En esas circunstancias, dos personas que se movilizaban en una moto de color azul se le pusieron a la par y lo amenazaron con armas, con intenciones de robo.
Se cree que en ese momento Marino realizó una maniobra brusca ante el susto por la amenaza y uno de los delincuentes le disparó.
La víctima fue trasladada en un móvil policial al hospital Lucio Meléndez, donde finalmente falleció.