Un juez de garantías excarceló al efectivo de la policía bonaerense que mató de un balazo por la espalda a un delincuente que, junto a un cómplice, intentó robarle a una mujer en la localidad bonaerense de Burzaco, aunque quedó imputado por exceso en la legítima defensa, informaron hoy fuentes judiciales.
La decisión del juez Jorge López benefició a un oficial de la Unidad de Policía de Prevención Local (UPPL), al considerar que no hay riesgo de fuga ni entorpecimiento de la causa.
Fuentes judiciales informaron que el efectivo, de quien no se suministra su identidad para evitar que pueda sufrir represalias por parte de allegados a la víctima, continuará el proceso en libertad a la espera de un juicio oral y seguirá investigado por el delito de «homicidio con exceso en la legítima defensa de un tercero», en perjuicio de Ezequiel Miño (18).
El fiscal de la causa, Javier Martínez, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 8 de Lomas de Zamora, no apelará la decisión del magistrado mientras aguarda la pericia balística que será realizada el próximo 2 de agosto.
Esa prueba buscará determinar si las cuatro vainas servidas calibre 9 milímetros halladas en la escena del hecho (tres de ellas donde estaba el policía y la restante a unos metros del lugar) fueron disparadas por el arma del imputado o por alguna otra.
Según las fuentes, el acusado hace varios años que vive en ese barrio y como las pruebas ya fueron incorporadas al expediente no se correrá el riesgo de que puedan ser alteradas.
El funcionario judicial dio por acreditado que el hecho sucedió en la noche del sábado último en el cruce de las calles Andrade e Italia de Burzaco, partido de Almirante Brown, cuando el oficial de la UPPL escuchó gritos de de auxilio de una mujer provenientes de la calle.
El efectivo, que se encontraba franco de servicio y sin uniforme, salió de su vivienda y observó a dos jóvenes a bordo de una moto que intentaban sustraerle las pertenencias a una vecina que gritaba mientras estaba con su hija en brazos.
Según indicaron las fuentes, el policía dio la voz de «alto» y los delincuentes escaparon en la moto a alta velocidad.
El oficial efectuó algunos disparos con su arma reglamentaria, una pistola Bersa Thunder 9 milímetros, y minutos después uno de los sospechosos fue hallado muerto con un tiro en la espalda a unos 200 metros del lugar, en Andrade y Paraguay.
Su cómplice, en tanto escapó en la moto sin que en el lugar se hallara el arma de fuego que portaba el fallecido, quien luego fue reconocido por sus familiares.
Una cámara de seguridad privada captó el momento en que el asaltante que manejaba la moto frenó cuando Miño cayó al piso y, tras revisar sus pertenencias, escapó en el vehículo.
Por disposición del fiscal Martínez, efectivos de Gendarmería Nacional fueron convocados para trabajar en la escena del hecho y realizar las pericias de rigor.
A la espera del informe final, el fiscal recibió el resultado preliminar de la autopsia que estableció que hubo un solo orificio de entrada ubicado en la parte lumbar izquierda, sin orificio de salida, y que el proyectil terminó alojado en la clavícula de izquierda.
Las fuentes añadieron que la trayectoria del disparo fue de abajo hacia arriba y de izquierda a derecha, es decir que le disparó cuando estaba de espaldas.
Sin embargo, en su declaración indagatoria ante el representante del Ministerio Público el policía declaró que siempre tuvo a los delincuentes «de frente o de costado», que él efectuó tres balazos para repeler una agresión y que dejó de disparar cuando ambos emprendieron la fuga.
No obstante, por las pruebas reunidas hasta el momento, el fiscal Martínez consideró que el oficial se excedió en su proceder.