A poco más de una semana de las Primarias, en el Frente de Todos Lanús la interna se convirtió en una batalla sin cuartel que se manifiesta entre sus dirigentes, en las redes y también en las calles.
Tanto en la presentación de las listas, como en los diferentes actos y declaraciones públicas, Julián Álvarez, Agustín Balladares y Omar Galdurralde no ocultaron sus diferencias y, con el correr del tiempo, las menciones a sus rivales de interna cobraron ribetes agresivos.
Ese clima se trasladó a las calles donde cada fuerza pelea por cada centímetro de pared o poste de luz para hacer pegatinas. Son los propios vecinos de Lanús los que, alarmados, han comentado los insultos entre los «equipos» que realizan esas tareas.
«Históricamente, se sentaban los delegados de cada candidato y se organizaban:’Yo pego acá el lunes, vos el martes’ y así. Pero eso no exisitió y encima se tercerizó el tema de las pintadas. Eso hace que el espacio físico se dispute, si es necesario, con violencia», comentó un experimentado dirigente peronista de Lanús.
En las redes sociales, el clima no es más apacible. Cada candidato sufre chicanas particulares: Galdurralde es señalado como un «extranjero paracaidista»; Álvarez como alguien «que huyó a Europa» y «no bancó los trapos» durante el primer bienio del Gobierno de Mauricio Macri; y Balladares carga con la candidatura del 2017, cuando el Movimiento Evita acompañó a Florencio Randazzo.
Los precandidatos también denuncian operaciones mediáticas de todo tipo. En los últimos días, por ejemplo, se pudieron ver publicaciones en las que se afirmaba que Balladares impulsaba un corte de boleta por la mala relación del Evita con el Gobierno Nacional. Si bien la tensión entre la agrupación que lideran Fernándo «Chino» Navarro y Emilio Pérsico para con el Gobierno es pública, nada hace pensar que una lista local vaya a «descolgarse» de la nacional, al menos, durante las PASO.
Mientras tanto, el oficialismo de Lanús afirma haber puesto «el 95 por ciento de su energía en la campaña de Diego Santilli». La elección de Néstor Grindetti como jefe de campaña en la provincia se da por la «sensación» de «base firme» en el distrito y por «los números» que se manejan dentro de «Juntos».
«Nuestras encuestas son las que se publicaron en todos lados para diputados. En Lanús creemos que Damián Sala va a ser el candidato más votado», aseguraron fuentes muy cercanas al jefe comunal a APL Noticias.
Ese escenario, el que pone al candidato «amarillo» siendo el más votado pero consiguiendo menos votos que la suma de las tres listas del peronismo en las PASO parece no preocupar demasiado al oficialismo local, que ya enfrentó esa situación en 2019: «Están tan peleados entre ellos que son capaces de cualquier cosa, incluso de votarnos para que no gane su rival interno en octubre», señaló otro allegado a Grindetti.
La estrategia de Juntos en Lanús es clara: Santilli y Sala son los candidatos del intendente de Lanús. Así lo dicen los afiches y también las personas que, por estas horas, tocan timbre ofreciendo «la boleta de Grindetti», aun cuando este no sea postulante a nada.
Volviendo al peronismo, mientras las encuestas pronostican resultados parejos para al menos dos de los contrincantes de la interna de Frente de Todos y sabiendo que es casi imposible que una sóla lista se lleve toda la representación, queda la duda de cómo hará quien encabece para ir a buscar los votos de aquel que salió segundo o tercero cuando durante dos meses fue un enemigo declarado, aun en mayor medida que el oficialismo local.
«Una foto con el dirigente que perdió, la podés conseguir. El problema es que tenes que ir a buscar sus votos, evitar que se te escapen como viene pasando históricamente y eso sólo lo conseguis sumando a los dirigentes barriales que están por detrás, esos que te aseguran la movilización y la militancia. Esos son más difíciles, porque le pusieron el cuerpo a una PASO en la que se convencieron de que el rival interno era peor que el candidato de Grindetti. ¿Quién gana con todo esto? Parece que Grindetti ¿No?», conluyó un dirigente con muchas batallas en el lomo.
