Marcelo Julián Margni, nacido hace 49 años en Avellaneda, asumió el pasado fin de semana como obispo de la diócesis católica de Avellaneda Lanús con una misa y un mensaje de acercamiento a los más humildes en medio de una pandemia que definió como la que «ha dejado al descubierto todas las fragilidades de nuestra humanidad» y «tal vez también toda la inhumanidad de nuestro mundo».
Quien hasta ahora era obispo auxiliar de la diócesis de Quilmes fue formado como sacerdote por el destacado Jorge Novak, a quién aludió en su mensaje de manera directa: «una Iglesia pobre en medio del pueblo pobre, que encarna en su vida, en su predicación y en sus prácticas la predilección de Jesús por los últimos de la historia, «esa opción que nace de las entrañas mismas del Evangelio»».
Alineado con la doctrina y con los mensajes del Papa Francisco, llamó a construir «una Iglesia de la misericordia, que se reconoce llamada a ser «hospital de campaña» que asume la vida como viene, que clama por tierra, techo y trabajo, que acoge a los heridos del camino y cuida con ternura y pasión la vida; Iglesia del Laudato si’, en cuyo corazón encuentra eco el gemido de la creación y el clamor de quienes sufren, comprometida hasta el final con la inalienable dignidad de todo ser humano».
«Vivimos este encuentro y esta celebración de nuestra comunidad diocesana, sin olvidarnos ni ser indiferentes a tantas hermanas y tantos hermanos de nuestro pueblo que están sufriendo, y están sufriendo duramente. Tal vez nos faltan todavía las palabras para comprender y expresar lo que venimos atravesando desde el inicio de esta pandemia que todavía nos tiene en vilo; para asomarnos al abismo de dolor que ha provocado de tantas maneras; para llorar a nuestros seres queridos que han muerto. La «tormenta inesperada y furiosa» —como la describió el Papa Francisco aquella tarde imborrable del 27 de marzo de 2020, de pie en el atrio vacío de la Basílica de San Pedro— ha dejado al descubierto todas las fragilidades de nuestra humanidad. Tal vez también toda la inhumanidad de nuestro mundo», añadió.