Tal como lo había hecho algunos meses atrás en el microestadio del Club Lanús, el diputado del Frente de Todos (FdT) y presidente del Partido Justicialista (PJ) de la Provincia de Buenos Aires, Máximo Kirchner, hizo públicas las diferencias de su sector con el resto de los actores que forman el oficialismo nacional.
Esta vez fue el Club Podestá el escenario para que Kirchner insistiera con marcar las posturas divergentes dentro del Gobierno, especialmente en lo que respecta al manejo económico. Si en aquel acto del Club Lanús había sido elíptico en sus expresiones, esta vez fue directo.
Por ejemplo, dijo que «gracias a Dios el presidente Alberto Fernández escuchó con buen tino y acompañó» el adelantamiento de las cuotas del Salario Mínimo.
También se refirió al ministro de Economía, Martín Guzmán, a quién le cuestionó la idea de un recalentamiento de los precios a causa del debate político: «¿De verdad creen que el debate político genera inflación? O no miramos los verdaderos problemas como los formadores de precios”.
«Escuché a Guzman decir que no tiene apoyo político, pero tiene el apoyo del FMI, del Presidente, de las centrales obreras y de Clarín. ¿Qué más apoyo quiere?”, afirmó.