El joven hallado el sábado atado en sus manos en la Costanera de Quilmes tenía signos de haber sido ahorcado y el cuerpo presentaba al menos ocho horas de sumersión, por lo que los investigadores intentan establecer el móvil del homicidio, informaron ayer fuentes policiales y judiciales.
Se trata de Pablo Jorge Barrio (27), cuyo cuerpo fue hallado maniatado el sábado por la mañana sobre la costanera del Río de la Plata, cuando fue visto por un hombre que se encontraba caminando por la costa.
Según expresaron las fuentes a Télam, se cree que Barrio fue asesinado por ahorcamiento, aunque se esperan los resultados preliminares de la autopsia.
«El cuerpo tenía características especiales. Presuntamente estuvo al menos ocho horas sumergido en las aguas del río y ya estaba fallecido cuando fue dejado allí», indicaron a Télam las fuentes.
Los investigadores intentan establecer el móvil del crimen, aunque creen que la hipótesis de un ajuste de cuentas «está casi descartada», según precisó un pesquisa de la causa.
La víctima trabajaba como empleado de limpieza en una cadena de supermercados en la localidad de Quilmes, y según señalaron allegados, la última vez que lo vieron fue el pasado martes a las 21 horas.
«Se tenía que haber presentado al día siguiente a trabajar y no lo hizo. Vivía con otro joven en una casa en la localidad de Claypole», aseguraron.
En tanto, la fiscal Karina Gallo, quien subroga la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 de Quilmes, ordenó que oficiales de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Quilmes se entrevisten con allegados y familiares de la víctima, además de realizar el análisis de cámaras de seguridad privadas y municipales para establecer los movimientos en la zona del hallazgo.
«Se van a analizar las comunicaciones de la víctima, aunque el celular no se halló», explicó un investigador, quien añadió que sobre Barrio no había ningún pedido de paradero ni poseía antecedentes penales.
El hallazgo ocurrió el sábado por la mañana al costado del río sobre la calle Costanera y Otamendi, donde un recolector de metales observó el cuerpo tirado boca abajo con sus manos atadas a la altura de la cintura con una soga.
Según las fuentes, los pesquisas hallaron en un bolsillo de la víctima un documento de identidad, con domicilio en la localidad bonaerense de Claypole.