Las pericias sobre las prendas de vestir de la única detenida por el crimen del empresario Fernando Pérez Algaba (41), cuyo cuerpo fue hallado descuartizado dentro de una valija en un arroyo de Ingeniero Budge, partido de Lomas de Zamora, comenzaron esta mañana en la sede de la Policía Científica de Lanús, informaron fuentes judiciales.
En tanto, en las últimas horas se conoció un nuevo audio en el que la víctima hacía referencia a una deuda que tenían con él por la compra de un vehículo y le pedía ayuda a un conocido para que le hiciera «la segunda» y evitara que quedara detenido cuando fuera a «apretar» a esa persona para que le pagara lo que le debía.
Fuentes judiciales y policiales confirmaron a Télam que las pericias a realizarse sobre una remera y una campera que pertenecen a Alma Nicol Chamorro, la mujer trans detenida como partícipe secundaria del crimen de Pérez Algaba, se realizan en la sede de la Policía Científica de Lanús, ubicada en la calle Juncal y Salta.
Los investigadores intentan establecer con esta pericia si unos rastros encontrados en las ropas de la mujer son manchas de sangre, aunque el abogado defensor, Marcelo Ponce, dijo a Télam que son «de tuco», ya que estaba cocinando al momento del arresto.
El juez de Garantías 4 de Lomas de Zamora, Sebastián Monelos, denegó ayer la excarcelación de Chamorro y su eventual arresto domiciliario, solicitado por la defensa oficial por cuestiones de salud.
Por el momento, la mujer continuará detenida como sospechosa de haber tenido una participación en el homicidio, ya que fue señalada como la dueña de la valija roja donde fueron descartados los restos del empresario descuartizado, apodado «Lechuga».
En tanto, en las últimas horas se conoció un nuevo audio en el que Pérez Algaba, quien se dedicaba a la compra y venta de automóviles de alta gama y al negocio de la criptomonedas, pide ayuda a otra persona para que lo cubra para ir a «apretar» a un deudor que debe pagarle 45 mil dólares.
«Necesito un favor tuyo. Creo que a esta altura debes tener la poronga larga en la Avellaneda vos. Hay una agencia de auto en Avellaneda de un hijo de puta que yo le vendí la Renault, que me cagó 45 lucas que yo le dejé y nunca pagó nada», se escucha decir a «Lechuga», en el audio.
El empresario relata a su interlocutor que si bien «el socio se hizo responsable» y le devolvió algo de dinero, su deudor – al que no identifica- «se hizo el vivo» y lo bloqueó para no tener más contacto con él.
«Le quiero caer ahí. ¿Tenés ahí a un jefe de calle, alguno, porque si hago mucho bondi y le rompo la cabeza a ese hijo de puta, para que no me metan en cana, ¿viste? Porque después al otro día tengo que viajar. ¿Tenés ahí a alguien, para hacerme la segunda? En Avenida Mitre está, ahora te paso la altura», expresó.
Este es uno más de los audios que en las últimas horas fueron ventilados por la prensa y luego incorporados de oficio a la causa, que revelan la situación económica en la que se hallaba inmersa la víctima, tanto por las deudas que tenían con él como por el dinero que él adeudaba.
Otros audios ya analizados en la causa hacen referencia a una deuda que mantenía con Pérez Algaba su examigo Nahuel Vargas, una de las últimas personas que lo vio con vida cuando supuestamente se encontró con la víctima y otro conocido, llamado Maximiliano Pilepich, en un campo de General Rodríguez, para devolverle 75 mil dólares que le debían.
Ayer, por orden del fiscal 5 de Lomas de Zamora a cargo de la causa, Marcelo Domínguez, efectivos de la Delegación Departamental de Investigaciones de la policía de ese distrito realizaron una inspección ocular en ese campo donde Vargas y Pilepich dijeron haberse encontrado con el empresario el martes 18 de julio, un día antes de que se denunciara su desaparición.
Tanto fuentes judiciales como policiales aseguraron a Télam que la inspección no arrojó resultados respecto a elementos de importancia para las pesquisas.
Según la pesquisa, Vargas y Pilepich le debían a «Lechuga» 150 mil dólares, 75 mil de los cuales ya le habían devuelto en una escribanía de la localidad de Castelar y el resto supuestamente se lo pagaron durante un encuentro que mantuvieron en ese campo de General Rodríguez el día previo a su desaparición, el 18 de julio último.
Al declarar ante la justicia, los dos hombres relataron que ese día «Lechuga», a bordo de una camioneta Land Rover blanca que Pipelich le había prestado hasta saldar la deuda, llegó junto a Vargas hasta General Rodríguez.
Vargas y Pilepich dijeron que tras pagarle los 75 mil pesos se retiraron en la camioneta del segundo, mientras que Pérez Algaba permaneció en ese campo a la espera de que alguien -según les dijo- lo pasara a buscar, manifestaron los voceros.
Desde ese momento no se supo nada más de «Lechuga» hasta que su cuerpo descuartizado fue encontrado adentro de una valija roja y una mochila en un arroyo de la localidad bonaerense de Ingeniero Budge, partido de Lomas de Zamora.
La desaparición de Pérez Algaba fue denunciada por la dueña del departamento que éste le había alquilado en Ituzaingó de manera temporal entre el 12 y 19 de julio últimos, quien al no tener noticias suyas y no recibir respuesta a sus mensajes, decidió acudir a la policía.
Los voceros dijeron que de la autopsia surgió que Pérez Algaba fue ejecutado de dos disparos por la espalda y que fue descuartizado tras su muerte y que también presentaba en la espalda una lesión cortante post mortem, añadieron las fuentes.