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Kartun fue distinguido en la UNLa

El reconocido y multipremiado dramaturgo y director teatral Mauricio Kartun fue distinguido en la Universidad Nacional de Lanús (UNLa) con el premio “Arte y Comunidad”, en el marco del 2º Encuentro de Arte Joven, organizado por la Secretaría de Cooperación y Servicio Público de esa casa de altos estudios.

En la Sala Cátulo Castillo del edificio José Hernández, Carla Michele, directora de Cooperación, y Mariana Ugarte, secretaria de Desarrollo Productivo y Tecnológico, entregaron la distinción a Kartun.

El objetivo de este premio es reconocer a artistas nacionales que estén vinculados a proyectos sociocomunitarios y que actúen como agentes de cambio en la cultura. Por Resolución Rectoral 899 del 2019 se crea el premio “Arte y Comunidad”, que tiene por objetivo favorecer la visibilidad y la articulación de las prácticas solidarias entre las y los artistas de la comunidad, razones fundamentales para el crecimiento tanto de la comunidad en su conjunto como de las personas que formamos parte de ella. Resulta impostergable que el arte y la comunidad se encuentren en diversos espacios para que aparezcan voces diversas y
correctivas. Así la Universidad cobra un sentido más amplio que el de enseñar una técnica, sino también para formar personas que puedan utilizar lo aprendido para bien de nuestra Nación.

Luego de agradecer el premio, Kartun se dirigió a los presentes: “Uno, con tantos años de docencia, termina valorando la carga de inteligencias múltiples que lleva cada uno. Cuando se habla de inteligencia, uno pierde de vista ciertas cosas, y en mi época era difícil pensar la inteligencia fuera de ámbitos académicos convencionales. Inteligente era quien manejaba, por ejemplo, funciones matemáticas, cosas para las cuales yo soy definitivamente un negado. Me transformé en una especie de imagen algo bizarra: yo tengo dos doctorados honoris causa, un profesorado honoris causa y no tengo aprobada matemática de 5to…”.

Y agregó: “Es paradójico, pero uno lo que empieza a entender que cuando tu cabeza no puede rendir en el campo en el que se la exige comienza a ser algo extraordinariamente ecológico, orgánico, busca con qué reemplazar. En mi caso, una de mis inteligencias múltiples es la narrativa, la capacidad de hacernos entender a través de historias, así que fui un lector obsesivo y, de chico, enfermizo. Cuando gané mi primer concurso literario, eso me puso en un lugar muy claro, me dijo: para algo servís. Puede ser como no apruebes dentro de un sistema convencional de estudios, pero sí lo podés hacer por afuera de él”.

Consultado por su trayectoria, contó que estudió: “Literatura, dramaturgia, expresión corporal, y cuando me quise acordar estaba metido en el mundo del Teatro, que tiene algo muy atractivo y poderoso y es lo social, es un hecho que se hace con otro. A los 22 años todo lo que se hace con otro es importante: la política, el sexo, las amistades, todo lo que supone contacto. La literatura es muy solitaria, el Teatro es muy acompañado, es inclusivo, sin preguntarte demasiado, tenés un montón de roles posibles. Si 4 boludos se juntan 4 veces por semana durante 4 meses, es imposible que no salga un espectáculo. La fórmula 4 x 4 x 4 es infalible”.

Respecto a la actualidad del Teatro, Kartun dijo: “El teatro tiene 2.400 años y nunca vivió una crisis como la actual. Vivió otras, pero no una como esta. El teatro siempre ha tenido que ver con poner tu guita, tu tiempo, tu energía, lo cual tiene que ver con el futuro: el Teatro tiene que ver con cuerpo, tiempo y encuentro real. Cuando uno ve que se va perdiendo el cuerpo y el tiempo, más vigente se hace trabajar por afuera para recuperarlo. El Teatro hoy es un hecho extraordinariamente apasionante. Buenos Aires es la capital hispanoamericana del teatro y está entre las tres más importantes del mundo, junto a Londres y Nueva York. En cantidad, en calidad, en cantidad de estudiantes. Yo tengo la sensación de estar viviendo, aún con las dificultades que tenemos, un momento extraordinario”.

Y cerró diciendo: “No hay que pensar tanto, hay que darle al cuerpo el tiempo necesario como para que él pueda mecanizar ese fluir. Cuando aparece, aparece el entusiasmo, que de lo único que puede tomar es de lo que tenés adentro. Todo ha cambiado y, sin embargo, en su esencia, todo es lo mismo”.

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