En tan sólo 3 meses, Lanús y el Área Metropolitana de Buenos Aires fueron golpeadas con violencia por fenómenos climáticos extremos que provocaron perdidas materiales de diversa consideración y también, el fallecimiento de una persona. «Estos fenómenos son comunes al área, pero el cambio climático los hace más asiduos. Si antes era uno por año, ahora tenemos dos, tres», explicó la meteoróloga Cindy Fernández.
El cuadro de situación no es alentador y no tiene reversión, sino que sus efectos sólo pueden mitigarse. A futuro, los que viven en el conglomerado urbano de Buenos Aires deben preparase para que estos fenómenos se repitan y se repitan. En un país con serias dificultades, la repuesta de la política marcará la diferencia entre jornadas incómodas y tragedias consumadas.
La necesidad de obras hidráulicas de envergadura para el conurbano están lejos de poder hacerse desde la billetera de las intendencias que, en general, lidian con poblaciones que se han asentado desde hace décadas en zonas inundables. Una obra para encausar un arroyo, o la construcción de reservorios para lluvias son -todos y cada uno- proyectos que sólo puede realizar un Gobierno nacional y, no pocas veces, con la atención de algún organismo multilateral de crédito. Los ejemplos más claros en materia hídrica lo avalan: el saneamiento del Riachuelo y el «colector» de AySA fueron emprendimientos financiados de manera externa y que trascendieron a una administración nacional.
Claro está, el presidente Javier Milei ha llevado a cero la obra pública y tampoco se ha mostrado activo ante las emergencias. En ese sentido resuenan las palabras de la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza: “Esta situación va a seguir empeorando, por eso insistimos en que es muy necesaria la inversión en obras de infraestructura, ya que el Estado Nacional decidió no realizar obras públicas y que además ha frenado otras que ya estaban en marcha como algunos aliviadores muy necesarios en este momento. A mediados de diciembre un fuerte temporal viento y lluvia dejó varios destrozos en Quilmes, además de las intensas precipitaciones y ráfagas de las últimas semanas que generaron anegamientos de calles en barrios, caída de árboles y el desborde de los arroyos en la zona oeste. Estamos atravesando una crisis climática y el Estado Nacional no está haciendo absolutamente nada”, señaló la jefa comunal.
Con diverso grado, todos los distritos del sur del conurbano sufrieron inundaciones. Lanús, foco predilecto de la prensa nacional, no escapó a esa suerte, mostrando escenas que van desde un corte de luz que se extendió durante días y mariachis dando una serenata en medio de la inundación hasta un vecino muerto en el agua.
Durante la inauguración del período de sesiones ordinarias del Concejo Deliberante, el intendente Julián Álvarez señaló con qué equipos contó para afrontar la tormenta de diciembre: 8 desmalezadoras y 3 cortadoras de pasto. Además comentó las dificultades que genera el nivel alto de las napas y la falta de arbolado, un condimento más al coctel de inundaciones.
Lanús tiene, además, bajo nivel de cloacas en funcionamiento. La gestión de Néstor Grindetti recibió un distrito con bajísimos porcentajes, inferiores al 50 por ciento de cobertura y prometió llevarlas al 100 durante su gobierno. En 2022, la promesa era llegar al 75%. Mientras tanto, Morón, llegó a ese 100% en 2023.
Con ese panorama, Lanús queda expuesta a la furia del clima, que sólo podrá mitigar con la llegada de algún plan provincial, lo que puedan hacer los vecinos -cuidando la limpieza- y lo que haga el municipio en materia de desobstrucción de cañerías. Mientras tanto, el clima promete seguir golpeando, cada vez con más fuerza, cada vez más seguido.