«Las adicciones en la escuela», fue el tema central del Congreso de Educación de la diócesis de Lomas de Zamora y también una de las mayores preocupaciones de los directivos y docentes que participaron del encuentro que se realizó el sábado 21 de septiembre en el colegio San José (Burzaco).
El obispo de Lomas de Zamora, monseñor Jorge Lugones SJ, presidió la misa de apertura y acompañó la jornada convocada por la Junta Regional de Educación Católica.
La licenciada en Psicología y becaria doctoral del Conicet en el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (ODSA UCA), María Agustina Paternó Manavella, estuvo a cargo de la exposición del tema de las adicciones en la escuela.
La temática es una preocupación creciente de la Iglesia y, en el caso de la ludopatía digital, una cuestión sobre la que monseñor Lugones advirtió en varias oportunidades.
Ante los representantes legales de las comunidades educativas, directivos y docentes, el obispo pidió «trabajar juntos, ir aceptándonos en la tarea cotidiana, en esta tarea que ustedes tienen, difícil, abnegada, no siempre bien recompensada».
«Trabajar en cuerpo y en unión, juntos», expresó sosteniendo el llamado realizado en el congreso del año pasado.
Al plantear, iluminado por el Evangelio del día, «cómo miramos, cómo calificamos», el obispo habló de tener «apertura que no descarta a nadie, que no prejuzga; el educador tiene que ir más allá del que educa, de su cara, de sus gestos, de sus comportamientos, de cómo está vestido o el lenguaje que usa».
«La paciencia del formador y de Jesús, que no le tiene miedo a eso, sino que asume, porque detrás hay un potencial que no conocemos», subrayó.
En su presentación, el director de la JUREC, doctor Ignacio Leonetti, reconoció que la escuela «se hace eco de todos los aspectos de la realidad familiar y social. Y en el contexto de muchos horizontes de desconcierto espiritual y humano, lamentablemente se ha ido colando e instalando por intereses francamente espurios y criminales el problema de las adicciones».
«Ciertamente que como docentes no fuimos formados profesionalmente ni tampoco es nuestra función específica el acompañamiento directo y estricto del fenómeno de las adicciones en nuestros jóvenes y familias de la comunidad», dijo y diferenció: «Pero sí estamos convocados a acompañar».
Leonetti citó las tres C de la lucha contra las adicciones que propusieron los obispos argentinos: «Cuidar: en el sentido de prevenir, estar atentos a las situaciones emergentes, ofrecer apoyo y compasión al que sufre. Contener: abrazar el dolor sin estigmatizar a la víctima, fortalecer lazos comunitarios, crear espacios seguros. Construir: educar, informar, crear ambientes de esperanza, fomentar oportunidades. Cuidar, contener y construir. ¡Cuánto que podemos aportar desde nuestras escuelas!».
A su turno, la especialista Paternó Manavella dijo que ante los consumos problemáticos y todo tipo de adicciones en la escuela «es sumamente importante trabajar con los adolescentes, con las familias y con quienes los ven todos los días (los docentes) y pueden ser promotores de salud, y ayudarnos a que cada vez más se hable más de este tema, para que sean menos los jóvenes que tenga esta problemática».
En diálogo con los presentes a modo de propuestas para las escuelas, planteó «cómo nosotros, como agentes de salud en nuestras escuelas, podemos detectar, prevenir y acompañar todas estas situaciones». (Aica)