De pronto, el cielo del campus académico de la Universidad Nacional de Lanús (UNLa) se llenó de colorido con más de 200 barriletes que desplegaron chicos que asisten a la UNLa por el programa de verano «Los derechos de la niñez no se toman vacaciones», una iniciativa socioeducativa, recreativa, deportiva y cultural que fomenta la integración a la educación.
Los chicos, junto a docentes y auxiliares del programa, ensamblaron los más de 200 barriletes blancos con vivos y cintas de distintos colores, que remontaron a lo largo del predio de la Universidad.
“La idea de la barrileteada surgió hace unos años con la intención de seguir socializando y educando a los chicos. Quería buscar algo que, aparte de divertirlos, les sirviera para aprender jugando. Y aproveché el barrilete para que se lleven la información de todo lo que tiene que ver con la física, el viento y la elevación sobre la superficie. Trasladar todo eso a algo que pudiera ser táctil: correr con el barrilete, poder ver cómo se eleva y que se dé esa magia”, explicó Julián Loiseau, coordinador del programa.
Al final de la jornada, a modo de regalo, los chicos se llevaron los barriletes a sus casas, con su nombre escrito por ellos mismos sobre la tela.
«En muchos casos, es la primera vez que toman contacto con un barrilete. Se da también una situación de intercambio generacional, porque muchas de sus mamás y papás lo hicieron en su infancia. Entonces, tenemos testimonios de ediciones anteriores del programa acerca de nenes que llevaron el barrilete a su casa y nos contaron que después terminaron remontándolo de nuevo con sus padres o abuelos en un parque. Y ver cómo resulta un entretenimiento para alejarlos un poquito de las pantallas, la verdad que da gusto», añadió Loiseau.
La tarde, a puro sol, sin tanto calor, con cielo despejado y con el viento perfecto para elevar los barriletes, terminó con una enorme chocolatada con barritas de cereal, un picnic al aire libre para todos.
Por último, Loiseau destacó la importancia de la continuidad del programa de verano de la UNLa, a pesar de la crisis presupuestaria que atraviesan las universidades públicas. «Quiero agradecer a las autoridades. Sobre todo, a (Daniel) Bozzani, porque el esfuerzo es muy grande y acá está el resultado: muchos chicos felices. De hecho, recién durante la barrileteada, mientras conducía la actividad y a modo de juego, les acercaba el micrófono para que dijeran lo que quisieran. Y muchos comentaron que les encanta venir, que no quieren faltar nunca y que cuando termine van a extrañar. Eso refleja la importancia de sostener esto», concluyó Loiseau.
Un día para que los chicos festejen
El Programa de Verano tendrá su día de cierre el viernes 31 de enero, por la tarde, con una jornada que contará con la presencia de Reyes Magos, que repartirán kits de útiles escolares, regalos y barritas de cereal. Previamente habrá un show a cargo de payasos.