Según CAME, el consumo cayó un 0,7% en mayo y un 2,9% interanual y esto se replica en todas las ciudades grandes del conurbano que supieron tener centros comerciales pujantes.
Alberto Kahale, presidente de la Cámara de Comercio de Lomas de Zamora, no descarta que junio signifique alguna mejora, pero recalca que se viene de semanas previas muy malas: «Fue el peor mayo en 15 años».
Y detalló que esta situación se da en Lomas, pero se replica en toda la región y en los centros comerciales de distintos puntos de la Provincia también. Para él, las causas son claras: «Se cae el mercado, mantienen el dólar bajo, la inflación baja a costa de que la gente no compre”.
Un informe de la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires (FEBA) detalla que sólo dos rubros de los relevados (perfumería y farmacia) mostraron una mejora interanual, mientras el resto continúa en descenso. Además, más de la mitad de los empresarios considera que no es momento para invertir.
El sector comercial da señales claras de enfrentar una de las peores crisis de los últimos tiempos. Según destacan, la presión tributaria sumada a los altos valores de alquiler de los locales y las pocas ventas conforman un cóctel difícil de sostener. La apertura a productos de China también impacta en la producción de artículos.
«Es una situación difícil porque, sobre todo lo que es el negocio de la ropa, tiene costos muy altos de venta al público y una demanda que baja. Lo notamos en negocios que buscan mudarse a lugares más chicos, o directamente liquidan para dedicarse a otra cosa», sostuvo la encargada de una inmobiliaria ubicada en el centro de Lomas.
Los precios de alquiler de locales en el centro de Lomas oscilan entre $1.500 dólares mensuales y arriba de 4.000, casi siempre en moneda estadounidense. Los locales más pequeños no bajan de $500.000 argentinos, en zonas más alejadas.
En los días previos al Día del Padre, los comercios habían pintado sus vidrieras con promociones de 35% de descuento e incluso más rebajas con la compra de dos artículos en adelante. Pero no alcanzó.
«Pusimos promos, tenemos también cuotas con tarjeta y demás facilidades, pero esto es más profundo. La gente empezó a recortar fuerte la compra de ropa, porque es una de las primeras cosas que se dejan de comprar. Con lo caros que están los alimentos, obviamente se empieza recortando la vestimenta», señaló Mariana, empleada de una reconocida marca de ropa de Laprida.
Kahale considera que la situación es difícil de sostener: «Está pasando desde hace ya más de un año a esta parte. No hay venta, en el mercado no hay dinero, los sueldos están congelados con relación a la inflación, pero las prepagas aumentan, los servicios aumentan, los colectivos aumentan. Hay un combo que avanza sobre la clase media y clase baja, que cada día tiene menos posibilidades de poder comprar». (Clarin)