
«A Ángel Bustelo no lo conocía personalmente, hasta que me trasladaron a La Plata. Me acuerdo que cuando lo llevaron a (aeropuerto) El Plumerillo dijeron ‘ahí viene el abuelo de los comunistas’. Nos juntaron en grupos, nos vendaron y nos subieron al avión».
Neirotti, fue trasladado a la Unidad 9 de La Plata junto a Bustelo. De acuerdo con el testimonio del testigo (el último en declarar por esta causa), «subimos y bajamos del Hércules juntos».
Según relata la crónica firmada por Santiago Montiveros del diario Mendoza on line, una vez en el penal bonaerense, Neirotti volvió a ver a Bustelo cuando los efectivos los reunieron para cortarles el cabello. «Lo vi muy golpeado. A partir de allí, no volvimos a cruzarnos», sentenció el sociólogo, antes de relatar su propio cautiverio.
Neirotti fue secuestrado el 29 de marzo de 1976 en el microcentro mendocino, en plena avenida San Martín. De allí, lo subieron al baúl de un auto -«creo que era rural»- y lo trasladaron al piedemonte. «Ahí creí que me fusilaban», confió el testigo.
Sin embargo, los captores lo introdujeron nuevamente en la cajuela y lo trasladaron al centro de detención clandestino que funcionó en el D2. «Los torturadores tenían tonada porteña, ninguno aparentaba ser mendocino», manifestó Neirotti.
Sobre su cautiverio en el D2, Neirotti señaló que «alguien con una voz grave dijo que Isabel (María Estela Martínez de Perón) les había pedido que por favor tomaran el poder». En ese contexto, analizó que ese hombre «no parecía ser policía», sino alguien de las Fuerzas Armadas.
Neirotti -por entonces, militantes de la Juventud Peronista y de Montoneros- fue dejado en libertad del penal de La Plata en octubre de 1979, cinco meses después de haber sido absuelto.
Sobre el final de una nueva audiencia del juicio por delitos de lesa humanidad, y como epílogo de la causa Bustelo, se proyectó un video con las declaraciones del político durante el histórico Juicio a las Juntas de 1985.
Allí, los presentes observaron al propio Bustelo relatar los tormentos que debió soportar, como las golpizas en el avión y las torturas previas y posteriores. Además, el video complicó aún más la situación de Dardo Migno, quien desoyó el «nos están torturando a todos» de Bustelo.
