
El 6 de mayo de 1977 es secuestrado en Remedios de Escalada, Oscar Alajarín, obrero y dirigente gremial ferroviario, miembro de la Iglesia metodista y del Centro Urbano Nueva Parroquia, integrante del Partido Justicialista y cofundador del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, que ha permanecido desaparecido desde entonces.
La vida de Oscar Alajarín se alternaba entre el trabajo y su pasión por la ayudar a los más necesitados. Trabajaba como obrero, cursaba la secundaria por la noche y vuelca su vocación ecuménica en Acción Popular Ecuménica, APE. Participa en el culto y en el Centro Urbano Nueva Parroquia, CUNP, primer proyecto de misión urbana industrial en América latina.
Cuando tenía preparado el equipaje para viajar a una reunión internacional del Consejo Mundial de Iglesias, lo secuestraron, lo encerraron en el baño y lo sacaron de su casa. La noticia voló por el mundo, pero en su barrio, en su país nadie vio a los secuestradores, nadie sabía quién disparó el tiro de gracia para silenciar su testimonio fraternal.
«Si el último examen de la vida será sobre el amor, estamos seguros que Oscar lo habrá aprobado y estará junto al Padre, porque su vida fue una vida de amor, como la de Jesús», dice la pastora metodista Raquel Cáceres, de quien Oscar fue amigo y feligrés.