
Según Urssino, los empleados del crematorio ubicado en el cementerio de la localidad bonaerense de Lanús, «primero contaron un procedimiento de cremación que parecía un procedimiento modelo donde era muy difícil cremar una persona por otra, pero luego ellos se contradicen, cuentan el procedimiento y dicen tranquilamente que se puede cremar una persona por otra».
El defensor agregó que los empleados no sólo se contradicen en sus propias declaraciones, sino que sus versiones son opuestas entre sí.
Los investigadores del caso desde hace meses atrás trabajan en la pista de que el cuerpo de Soriano, en caso de haber sido asesinada, habría sido desaparecido por especialistas en tanatología, ya que la familia del principal sospechoso, Daniel Lagostena, pareja de la joven, tiene una casa funeraria en el sur del Gran Buenos Aires.
De Erica (30) no se sabe nada desde el 21 de agosto, cuando salió de su casa de Lanús para ir a almorzar con su madre y su hija, de 12 años, a Villa Adelina. Nunca llegó a destino. Para esa fecha, estaba embarazada de dos meses y medio. Lagostena, se convirtió en el principal sospechoso para la familia de la joven.
Urssino explicó que la cochería La Paz (propiedad de Lagostena padre) utiliza los servicios del crematorio de Lanús, y que «el mismo día que desapareció Erica, se llevó gente al crematorio».
El abogado afirmó que “una de las pistas más firmes” que manejan es que el la joven podría haber sido cremada bajo otra identidad.
La Fiscalía por ahora no imputó a Lagostena, realizó varios procedimientos en su casa, en la de sus padres y hasta en el cementerio para saber si, desde la casa funeraria, se pudo haber tramado una operación para enterrar el cuerpo bajo otra identidad, según informó el matutino porteño Clarín.
