Según su relato, dos hombres entraron al negocio como clientes y le hicieron un pedido. Pero de repente uno saltó el mostrador con una pistola en la mano. No está claro qué sucedió, pero lo cierto es que el ladrón disparó un tiro que le pegó a Horacio en el cuello.
Fue un balazo de un arma 9 milímetros y a unos 50 centímetros de distancia.
Los delincuentes escaparon enseguida con un tercer cómplice en un Volkswagen Gol.
“A Horacio lo vieron morir desangrado. Nadie llamó enseguida a la ambulancia o a la Policía que está a 400 metros del lugar. Nosotros nos enteramos lo que había pasado casi tres horas más tarde. Y yo estaba a diez cuadras y nadie me llamó . Todo me pareció raro, más sabiendo que la familia de Natalia vivía al lado de la panchería».
Poco después cayó uno de los sospechosos mientras cometía otro robo y así la Justicia dio con su presunto cómplice. A la hora de reconocerlos en rueda, la novia de Horacio dudó . Y otro testigo principal (un gomero chileno, a quien también habían intentado asaltar esa noche y tenía identificado el auto en que se movían los asesinos), se fue a su país y no quiso atestiguar “por miedo”. De hecho el hombre nunca más volvió a la Argentina.
A pesar de eso, la causa fue elevada a juicio oral y público con los dos sospechosos como acusados. En 2009 se hizo el juicio en los Tribunales de Lomas de Zamora. Pero la sentencia fue absolutoria. El fiscal había pedido condenas de entre 12 y 15 años de cárcel pero el Tribunal Oral 5 dijo que no había pruebas suficientes para condenar. El fiscal Alejandro Schell no recurrió la sentencia por considerar que se había quedado sin argumentos y la familia no era particular damnificada .
Rosa García, de AVISE, asociación que también asistió a la familia, aseguró: “La abuela del muchacho peleó hasta último momento pero no alcanzaron las pruebas y los imputados quedaron libres”.
De todas formas se logró abrir una nueva investigación y como primer medida se pidió la recompensa y la familia se presentó como particular damnificado.
“Durante el juicio, hubo testigos que apuntaron a otras líneas de investigación, dieron nombres, plantearon sospechas, confusiones y todo llevó al tribunal a ordenar una nueva investigación que puede abrir otra esperanza. La recompensa además puede animar a alguien a hablar . El tiempo que pasó, la mala instrucción de la causa y la falta de abogados patrocinantes para la víctima, jugaron en contra de la búsqueda de justicia”, le dijo a Clarín Dora Gutiérrez, del Centro de Protección de los Derechos de la Víctima de la Provincia.