
El ciclo “Al cine con la UNLa”, que presenta Rómulo Berruti, proyectará la película argentina «La cámara oscura”, el próximo jueves 8° de octubre, a las 19 horas, en el edificio universitario ubicado en 29 de Septiembre 3901, Remedios de Escalada. la pelicula fue dirigida por María Victoria Menis, y está basada en un cuento de Angélica Gorodischer
A continuación transcribimos una entrevista a la directora del film, realizada oportunamente por el portal cinevivo.org
¿Por qué elegiste este cuento de Angélica Gorodischer?
Es un cuento que leí ya hace muchos años, más de diez, y siempre me pareció que tenia ganas de filmarlo. Me atrajo la idea de una chica vista como fea (por la mirada de aquellos que la rodean) y de pronto una nueva mirada que descubre belleza en ella. El misterio de la mirada… ¿Por qué vemos lo que vemos? La subjetividad de la mirada…la belleza… la fealdad… Temas que me atrajeron. Quizás por mi oficio de directora. Para contar una historia tengo que mirarla yo también… Es mi forma de expresarme. También reconozco que me gustó muchísimo el final. Final que obviamente no voy a contar acá… jajaja!!
¿Cómo trabajaste para hacer la transposición del mismo?
Primero lo charlé con mi coguionista, Alejandro Fernández Murray. El cuento no es muy largo, pero nos dimos cuenta de que si lo contábamos metiéndonos minuciosamente en la vida y en los sentimientos de Gertrudis, la protagonista, teníamos para hacer una película… hasta demasiado larga! Después charlamos con la autora del relato; una escritora genial y una mujer increíble! Su cabeza es tan revolucionaria… tan desprejuiciada… Nos dio libertad absoluta, no quiso inmiscuirse en nada de la escritura del guión. Con Alejandro pusimos las cosas que más nos interesaban del cuento e imaginamos situaciones que nos pareció que completaban la historia, teniendo en cuenta que lo nuestro tenía destino de película. O sea, nos lanzamos a lo visual, ya que además la mirada era el tema de la película.
De qué trata «La cámara oscura»?
Uy… que pregunta… No te voy a hacer una pequeña sinopsis… porque eso me aburre, ya la escribí para el pressbook de la película, jajaja!! Te digo cosas sueltas que se me pasan por la cabeza: la mirada de una madre; esa mirada que puede marcar toda nuestra vida, para bien o para mal, pero que no es sencilla cargar con ella. La angustia de ser mirada como la feita, la diferente, la looser diríamos hoy en día, la freak… Y cuando en el colegio te miran así, creo que podes sentir dolor, angustia, impotencia… Como a veces es preferible convertirte casi en invisible para que no se rían o no te separen o… no te duela más. Trata también de una época (la película arranca en 1892 y llega a 1929) donde tantas mujeres no podían hacer lo que ellas querían… Quizás estudiar, o irse de la casa o trabajar o no casarse o no tener hijos uno detrás del otro… Una época de muchas mujeres resignadas que no fueron lo que ellas hubieran querido ser. Y volvemos al tema de la mirada ¿Desde dónde me ves? ¿Me ves realmente? Y también es un homenaje a la imaginación, al arte, a romper con lo establecido. Me doy cuenta que una de mis frases preferidas de la película es cuando el fotógrafo surrealista, Jean Baptiste, le explica a un chico que va a hacer una foto donde los peces van a volar por el cielo. El pibe le contesta “Los peces no vuelan”. Y Jean Baptiste le responde “Nuestros peces van a volar”.
¿Cómo armaste el equipo técnico?
Me encanta trabajar con gente talentosa en cada rubro! Y siempre quiero que aporten, con libertad, con creatividad. También algo muy importante para mi, es que sea buena gente, porque necesito trabajar tranquila, sin griterío, histeria ni estrellitas… Por eso hay gente con la cual trabajo hace años y me siento así, cómoda. Marcelo Iaccarino es el mago de la luz (¡y de la cámara!); Marcela Bazzano, directora de arte, es un lago de paz, que se banca estar en una película de época, con millones de detalles, siempre de buen humor, aportando. Grignaschi, mi sonidista, no falla jamás. Ale Brodershon es mi montajista y siempre empiezo peleando (no te enojes Ale) porque hace una critica constructiva demoledora al guión y terminamos… ¡de luna de miel! Ya sé que si lee esta nota, estará pataleando por no aparecer (¡calma Natalia!) pero la dejé para el final, porque es mi asistente de dirección y es una maquinita perfecta para hacer planes de rodaje, pero sobre todo ¡es mi contenedora number one! Me quejo, pataleo, lloriqueo, puteo… y sólo ella está conmigo en esos momentos. En esta peli trabajé por primera vez como productor con Pepe Grillo… perdón, ¡con Pepe Salvia! Honesto (todo el mundo es lo primero que quiere saber cuando hablamos de producción… y Pepe es una monjita de los números) y tiene mucha tranquilidad, cosa que por mi carácter ansioso, viene muy bien. Mónica Toschi, en vestuario, que conocí en esta película y con la cual espero trabajar muchas veces más y Marcelo Moguilevsky para la música fue lo más; compositor y laburante de primera, de una generosidad inacabable. Y bueno… dejo para el final cuatro que no elijo porque están conmigo en las buenas y en las malas: Alejandro Fernández Murray, mi coguionista; Hector Menis, mi productor; Esteban Menis mi consejero supremo, aunque discutamos cada tanto, y mi asistente Sonia Stanko… Los franceses, Sophie Dulac Productions, son todos muy buena gente también. Y últimamente estuvo trabajando un tal Germán Fray… que no está mal eh… ¡nada mal!
De qué manera interviene Rocambole en el proyecto?
Obligándolo yo! ¡Jajaja! Imaginamos desde el guión un dibujo animado (no alcanzaba con que fuera de época, la queríamos seguir complicando…) y me entero, a través de un reportaje, que Rocambole está incursionando en los dibujos animados. Me atreví a llamarlo y me encontré con un tipo sencillo, tranqui, humilde y entusiasta. Desde el primer encuentro empezó a tirar ideas, ¡es un maestro!
¿Cuánto tiempo llevó el rodaje y cuáles fueron las locaciones?
Ocho semanitas… (¡muuuuuuuuucho para producción!) y estuvimos en el puerto de Buenos Aires, en el Museo de los Inmigrantes, en Pipinas y en Verónica, provincia de Buenos Aires, donde se filmó el resto.
¿Cómo es filmar una película de época?
Si les cuento, ¡esto dura mil páginas! Pero para abreviar es genial, porque es un gran trabajo previo de investigación, el cual pasa por todos los rubros de la película; luz, arte, vestuario, maquillaje, peinados, actuación…. Me encantaría hacer otra de época… De hecho me falta mi sueño, hacer una película de indios y españoles en la conquista. ¡¿Pero quién me banca?! ¡Jajaja!
¿Qué diferencias encontrás entre ésta y tu última película, «El cielito»? Luego de que haya sido galardonado en varios festivales, ¿cómo se encara un nuevo proyecto?
Son las misma ganas, las de siempre, que te llevan a querer volver al cine. Como la canción Vicio, es un vicio, rock and roll, es un vicio!… Yo no pienso mucho en repetir lo que me dio resultado o lo que el mercado pide o los festivales demandan. Me guío por mis ganas. Son muchos años que uno le tiene que dedicar a una película, así que tiene que ser algo que te apasione.
¿Qué esperás del público? ¿Pensás que se puede revertir la merma del público de cine nacional? ¿Por qué / Cómo?
Pero vos pensás que yo soy el Mago de Oz? Porque ésa, ¡ni el Mago la tiene clara! Espero que me vaya bien, sabiendo que no es un momento glorioso… Pero una siempre tiene la esperanza y ésta es una película que me parece muy atractiva para mucha gente. ¿Revertir la merma del cine nacional? Nacional y mundial, dirás… Porque el cine está en un momento bisagra…Cambian los soportes, las costumbres, todo… Una manera de amigar al público argentino con su cine es que lo vea más. Y en ese sentido la tele puede ser una gran aliada… ¡el día que lo sea! La tele en Europa y en EUA produce y reproduce cine. Acá la señal Volver te ofrece un precio que te alcanza para un huevo de Pascua para el equipo y los canales de aire no existen. Y quizás, soy de la idea de que el cine argentino debería ser más económico en boletería. No porque sea peor, sino porque hay que atraer al público para que lo conozca, para que se acostumbre…