Después de los nueve días de preparación que incluyeron la visita de varios sacerdotes y la participación popular en los festejos del domingo, la misa de cierre estuvo a cargo del obispo diocesano monseñor Rubén Frassia.
En su homilía el obispo destacó que “ser una buena persona no es sólo no hacer el mal, ser una buena persona es hacer el bien, es ayudar a recuperar una dignidad que nadie tiene derecho a pisotear”.
Este año los festejos de la parroquia de Monte Chingolo continuarán en noviembre cuando las reliquias del corazón del Santo Cura de Ars visiten esa comunidad.