Familiares de estudiantes del Instituto del Espíritu Santo de Lanús realizarán un acampe desde hoy frente al colegio por su supuesto cierre, mientras el intendente del municipio se mostró preocupado por la situación del establecimiento «debido a los malos manejos de sus autoridades».
Se trata de la escuela de nivel inicial, primario y secundario ubicada en la calle Fray José Achával 3670, de la localidad de Monte Chingolo, cuya comunidad educativa, conformada por familiares de estudiantes, denunciaron su vaciamiento y estafa de parte de sus propietarios.
«Nos preocupa profundamente que una institución tan importante y arraigada al barrio esté en esta situación debido a los malos manejos de sus autoridades», compartió hoy el intendente de Lanús, Néstor Grindetti, a través de su cuenta de Twitter.
También informó que el colegio se encuentra bajo la órbita de la Dirección de Educación de Gestión Privada dependiente de la provincia de Buenos Aires y que desde la Jefatura de Inspección de la Región 2 informaron que no existe -hasta el momento- la comunicación de cierre del edificio.
«Hemos estado en contacto con la inspectora Jefa de Región 2 de la Provincia de Buenos Aires, Daniela Silva, quien en reiteradas oportunidades nos manifestó que al día de la fecha no hay ninguna comunicación de cierre, la provincia de Buenos Aires continúa pagando los sueldos docentes y la institución, matriculando alumnos», dijo el intendente.
Familiares de estudiantes que asisten al colegio se encuentran desde esta mañana en la puerta de la escuela y realizarán un acampe para pedir explicaciones y soluciones a su conflicto que lleva varios meses.
«En principio del año (pasado) se cerró el secundario del turno tarde y quedó el de la mañana. En agosto, el representante legal, Roberto Guidetti, les avisa a los maestros que el colegio en 2023 no abría sus puertas. Ahí nos avisan a los padres», explicó esta mañana a Radio La Red Carlos Alberto Mantovano, padre y abuelo de tres niños que asisten al colegio.
El hombre compartió que luego Guidetti renunció y «se llevó todo» del colegio.
«Al renunciar quedaron dos monjas en el colegio, una de ellas como representante legal» las cuales «viven al lado del colegio y no dan la cara», dijo el hombre.
También repudió que la subvención del 80% que recibía el colegio de parte del Estado «no iba para pagar a los maestros, sino para otro lado. Iba para gente que no venía a trabajar, para la hija de este señor que fundió el colegio, que nos estafó».
«Estoy mal por mis hijos. Se me parte el alma. Desde el jardín que vienen acá. Están mal psicológicamente», lamentó Mantovano.