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La venta minorista espera por un despertar económico

Las estadísticas no mienten: el comercio minorista acumula meses, años, sin poder crecer. Día a día, ven cómo suben los precios y cómo se vende un poco menos. Según las últimas mediciones publicadas por el INDEC, este sector perdió más del 5% respecto de noviembre del año pasado.

El sector del retail, el que vende al público, no deja de estar atento a las medidas adoptadas por el gobierno de Alberto Fernández. Mientras que durante la campaña hablaba de poner en marcha la economía, ahora, el presidente afirma ante empresarios que la única ventaja que tienen aquellos que están en el fondo del mar es que solo pueden subir.

No sólo el comercio viene en picada, la Argentina ha visto retroceder su Producto Bruto Interno en 3 de los últimos 4 años y devaluó su moneda más del 500 por ciento.

Por eso, mientras se espera por los resultados que pueda conseguir el ministro de producción Matías Kulfas, todos están atentos a cómo las medidas impulsadas por el titular del palacio de Hacienda, Martín Guzmán, pueden servir para empezar a nadar hacia la superficie. 

Aunque algunos temen que el impuesto al dólar pudiera ser percibido como una devaluación por los productores/exportadores y que eso acelere la inflación, otros esperan que las trabas para viajar y comprar en el exterior vuelvan a mover la rueda interna.

Otro factor que podría impulsar el comercio es el de los bonos a los jubilados beneficiarios por la Asignación Universal por Hijo. Allí, la teoría sostiene que todo peso que llega a los sectores más bajos de la sociedad se vuelca automáticamente al consumo.

Aunque nadie espera un despertar económico a “tasas chinas” y todos se contentan con dejar de caer, ese sólo gesto necesita de un cambio de mentalidad por parte de los retailers. Haber capeado la tormenta no significa eliminar todo peligro y para avanzar se necesita de nuevas herramientas.

En ese sentido, las empresas tienen que preparse para poder captar los beneficios. La tecnolgización de los procesos tiene costos muy variables: no es lo mismo desarrollar el comercio electrónico o ir hacia un modelo 4.0 de producción que adquirir Autoelevadores Económicos o nuevas herramientas para dinamizar el manejo de stocks. Ambas son necesarias, aunque cada empresa deberá analizar prioridades.

Es verdad que habrá menos competencia con productos externos. La “inserción inteligente en el mundo” que proponía Fernández durante la campaña se ve en los papeles como la elevación del costo para importar y las retenciones para exportar. La apuesta a fortalecer el deprimido mercado interno es una apuesta de resultado incierto, pero apuesta al fin.

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