Chris Columbus, el director de la primera película de la saga de Harry Potter, contó en el podcast de Entertainment Weekly algunas anécdotas divertidas que ocurrieron en el set de grabación, a continuación le traemos una recopilación de las más interesantes.
Para que Hagrid pareciera más grande, tuvieron que inventar muchos juegos de cámara ya que no contaban con el presupuesto suficiente para hacerlo con animación digital. En los planos en los que no se veía directamente, usaron como doble a un jugador de rugby dentro de un traje enorme y en los planos más cercanos, usaron con Robbie Coltrane la perspectiva forzada. Igualmente, Columbus no estuvo del todo conforme con el resultado, ya que creía que debería haber sido, según sus propias palabras, unos 50 cm más alto y 45 kg más gordo.
Las velas flotantes que recibían a los alumnos de Hogwarts en el comedor eran de verdad y estaban encendidas. Para simular que flotaban, las sostenían unos hilos invisibles que se derritieron, y las velas cayeron antes de que los alumnos entraran al salón.
Cuando no estaban filmando, en los descansos, la mayoría del personal jugaba basketball. Habían armado una cancha improvisada en el exterior de Leavesden y jugaban cuando el día lo permitiera. En caso de no haber buen tiempo, armaban la cancha dentro de Leavesden y colocaban un logo de Hogwarts pintado en el centro. Columbus dice que siempre recuerda a Richard Harris (Dumbledore) animándolo mientras jugaba, y, según él, «ese ha sido uno de los momentos más divertidos de mi vida».
El poltergeist Peeves, un icónico personaje que originalmente estaba en el libro de J. K. Rowling, no aparece en la versión final de la película, y esto desilusionó a muchos fanáticos. Pero Columbus explicó que este era uno de sus personajes favoritos e intentó varias tomas que al final cortó del metraje final debido a que era demasiado extenso. De todas maneras, no descarta que esas escenas puedan salir a la luz en cualquier momento en alguna edición especial extendida o en recopilaciones de archivos.
Otro detalle que aparecía en el libro de Harry Potter y la piedra filosofal era que Hermione tenía los dientes frontales muy grandes. Columbus intentó que Emma Watson usara una prótesis en las paletas para que pareciera que tenía sobremordida, pero le resultaba demasiado incómoda y finalmente no la continuó usando ya que le molestaba demasiado y le impedía hablar.
Es probable que existan muchas más anécdotas de las que no tenemos la menor idea. Muchos secretos se quedaran en las memorias de quienes los vivieron en el set, y los espectadores tal vez nunca los conocerán. Pero, al menos por esta vez, pudimos echar un vistazo a la vida interior de una película tan mágica como esta y sentimos así que conocemos un poco más a los actores que nos dieron tantas alegrías en la pantalla grande.