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Piden perpetua para el albañil que reconoció haber matado a su esposa

La fiscal Mariel Calviño pidió ayer prisión perpetua para Sergio Omar Giola (46), acusado de haber matado a su mujer en Florencio Varela. El imputado comenzó a ser juzgado ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Quilmes por el homicidio calificado de Karina Elizabeth Alonso (39).

Fuentes judiciales informaron que al inicio de la audiencia declararon varios testigos, entre ellos, la hija de Giola y Alonso que al momento del crimen tenía 19 años y que presenció lo ocurrido entre sus padres e, incluso, intentó defender a su madre.

También declaró el propio acusado quien reconoció ante los jueces Cecilia Maffei, Pablo Pérez Marcote y Pablo Pereyra que él mató a su esposa porque le había descubierto «una infidelidad», pero que no recordaba exactamente cómo lo había hecho.

Esto coincide con lo que ya se había establecido en la instrucción de la causa cuando el albañil se presentó en la comisaría el mismo día del crimen y confesó el hecho.

Tras las declaraciones, el tribunal dio paso a los alegatos de las partes, en los que la fiscal Calviño pidió que Giola sea condenado a prisión perpetua por el delito de «homicidio calificado por el vínculo y por mediar violencia de género», dijeron los informantes.

Por su parte, el defensor oficial José María Mastronardi no cuestionó la autoría del hecho aunque consideró que el acusado actuó bajo «emoción violenta» y, subsidiariamente, «circunstancias extraordinarias de atenuación», dos calificaciones que buscan evitar que reciba la perpetua.

Luego de los alegatos, el albañil pronunció sus «últimas palabras» en las que dijo sentirse «arrepentido» de lo que hizo porque él «amaba» a la víctima, al tiempo que pidió perdón a sus hijos y a las autoridades.

Por último, el tribunal pasó a un cuarto intermedio hasta las 13.30 del lunes próximo cuando dará a conocer su veredicto.

El hecho ventilado en el debate ocurrió en alrededor de las 7.15 del jueves 21 de septiembre de 2017, en una casa ubicada en Agrelo al 1100 del barrio El Molino de Florencio Varela, en la zona sur del conurbano.

Efectivos de la comisaría 2da. fueron alertados de un homicidio cometido en esa vivienda, donde hallaron el cadáver de Alonso, quien presentaba nueve puñaladas, la más grave de ellas a la altura del cuello.

Los pesquisas establecieron que la mujer había regresado en un remís a su vivienda y que allí se hallaba Giola, quien le preguntó de dónde venía, a lo que ella respondió de la casa de una amiga.

Para corroborar lo que le había contestado su esposa, el hombre interrogó al remisero y cuando descubrió que la mujer le había mentido se enfureció, discutió con ella y la apuñaló.

«Ya está, ya la maté, me voy a la comisaría», dijo el acusado tras el ataque y se dirigió a la seccional 2da, donde confesó.

De acuerdo a los investigadores, Giola tenía una restricción perimetral para acercarse a su esposa desde el 29 de junio de 2017, dispuesta por el Juzgado de Paz de Florencio Varela, a pesar de la cual, seguían conviviendo aunque en habitaciones separadas.

La hija de ambos contó a los pesquisas que la relación entre ellos no era buena y que discutían habitualmente porque la mujer tenía una nueva pareja.

En ese sentido, la joven reconoció que había violencia verbal pero no física de parte de su padre hacia a su madre, quienes también tenían un hijo de por entonces 10 años.

En tanto, los peritajes psicológicos realizados al acusado -y que hoy se incorporaron por lectura al debate oral- determinaron que era muy «dependiente afectivamente» y, por ende, ese vínculo era como de «vida o muerte», por lo que tenía una imposibilidad de encontrar otra solución a la ruptura.

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