Dos menores del barrio de Budge fueron detenidos sin causa aparente mientras circulaban en un colectivo por el camino de la Ribera. Según relató su madre, los jóvenes fueron obligados a descender del transporte y luego fueron trasladados a la Comisaría 5ta de Lanús donde fueron agredidos física y verbalmente.
«Los pibes volvían de la Escuela Normal número 8 de Capital Federal y a la salida tuvieron una agresión donde lo golpean a mi hijo mayor y le sacan el celular, el menor busca ayuda policial que lo termina agrediendo. Van a la parada golpeados. Ahí toman el colectivo y los paran en un operativo de la Rivera. Los bajan a ellos dos solamente del colectivo y sigue. Ahí arranca el calvario agresiones en el estómago, piernas, con abusos en los cacheos, insultos como ‘Negro chorro, vos andás robando'», relató Silvia Vilta docente de Lomas de Zamora y madre de los jóvenes a Megafón radio.
Luego continuó: «Los trasladan y una vecina me llama que su sobrino venía en el mismo colectivo y me cuenta lo que le había pasado a mis hijos. Llamamos a un abogado y mi hijo menor medio escondido me manda un mensaje ‘Ma, me lleva la poli’. En la comisaría le sacan el celu, les preguntan el nombre, los insultan. En eso, uno de los efectivos dice ‘son menores, le devuelven el celu y me llaman. Llego a la comisaría cuando aparecen mis hijos, los veo con la cara reventada y ellos empiezan a gritar lo que les había pasado y a contar. Pido explicaciones. La efectivo se disculpó pero no me dieron explicaciones. Apareció un principal y me dijo que haga la denuncia. Se ‘alarmó’ de lo brutal y armó una puesta en escena y dilató la atención médica mientras nos interrogaba. Terminamos al forense a las 9 de la noche. El forense los miró nada más y me obligaron a firmar que los retiraba y la caratula era resistencia a la autoridad, a esos abusadores del poder, a ocho terribles violentos, que se aprovecharon de esos menores».
Finalmente, concluyó: «Esto es muy grave y no tuvo un descenlace faltal porque se conjugaron un par de cuestiones. Yo pude haber dicho cualquier cosa como madre, porque en ese momento yo tenía miles de imágenes en la cabeza. Me los imaginé en una morgue, en el Riachuelo. No me importó nada porque estaba desesperada por todo lo que la habían hecho. No pude entender la violencia. Nunca me explicaron los parámetros que usan para bajar a los varones. ¿Por qué ellos deciden bajarlos, porque son muy morochos, porque usan gorrita?».